Kaifu sube puntos como primer ministro japonés

Toshiki Kaifu va ganándose la simpatía de los japoneses desde que asumió la jefatura del Gobierno, el pasado agosto. Pero, paradójicamente, su principal enemigo no es la líder socialista, Takako Doi, sino los jefes naturales del Partido Liberal, que sopesan estos días la conveniencia o no de retirarle su apoyo y forzar la convocatoria anticipada de elecciones en la Cámara baja, que tienen que celebrarse en cualquier caso antes de julio de 1990.

Kaifu dijo ayer ante las dos Cámaras de la Dieta (Parlamento), en el primer discurso desde que asumió el cargo, que es su intención prolongar la...

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Toshiki Kaifu va ganándose la simpatía de los japoneses desde que asumió la jefatura del Gobierno, el pasado agosto. Pero, paradójicamente, su principal enemigo no es la líder socialista, Takako Doi, sino los jefes naturales del Partido Liberal, que sopesan estos días la conveniencia o no de retirarle su apoyo y forzar la convocatoria anticipada de elecciones en la Cámara baja, que tienen que celebrarse en cualquier caso antes de julio de 1990.

Kaifu dijo ayer ante las dos Cámaras de la Dieta (Parlamento), en el primer discurso desde que asumió el cargo, que es su intención prolongar la legislatura al máximo, al menos hasta la aprobación, antes del próximo 1 de abril, del nuevo presupuesto fiscal.Crecido por el importante éxito liberal logrado el domingo en la lucha por un escaño en la Cámara alta en la prefectura de Ibaraki, el primer ministro manifestó que su partido comienza a recuperar la confianza que los japoneses retiraron a la primera fuerza política nacional tras los escándalos financieros y sexuales habidos durante el último año.

Kaifu dijo que no suprimirá, pero que revisará, el controvertido impuesto al consumo, que tantas protestas ha despertado desde su entrada en vigor, en abril pasado, y que fue el principal causante del descalabro liberal en las elecciones parciales celebradas en julio en la Cámara alta, tras las que el partido en el poder ha perdido por primera vez en 35 años la mayoría en esa Cámara.

La oposición, liderada por los socialistas, ha presentado un proyecto de ley para abrogar tal impuesto. Kaifu se comprometió también a introducir reformas de aquí a un año que faciliten una mayor limpieza en el desarrollo del juego político, pero no llegó a concretarlas.

Los principales cabecillas del partido liberal siguen considerando a Kaifu como un jefe de Gobierno provisional, incluso si es ratificado como presidente del partido en el congreso que se celebrará a finales de este mes. Los líderes naturales como Noboru Takeshita, Shintaro Abe o Kiichi Miyazawa no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia o no de adelantar los comicios legislativos, pero intrigan sobre la poltrona de Kaifu, quien debe principalmente el cargo al apoyo otorgado por el ex primer ministro Takeshita, pese a que pertenece a la facción de Komoto.

La cómoda victoria lograda el domingo por el candidato liberal Itsuo Nomura, que consiguió más votos que los aspirantes socialista y comunista juntos en la lucha por un escaño de la Cámara alta en Ibaraki, ha dado más seguridad a quienes creen dentro del partido que los japoneses no volverán a castigar tan severamente a los liberales en los próximos comicios y que Takako Doi ha tocado techo. La líder socialista hizo campaña personal en Ibaraki, al igual que Kaifu.

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