Editorial:

Una pena

EL GOBIERNO ha decidido que la televisión autonómica valenciana utilice la frecuencia que hasta ahora servía para que el canal catalán TV-3 se recibiera en la Comunidad Valenciana. El hecho supone una grave limitación a la libertad de expresión, porque todas las razones, técnicas y legales, que ahora puedan aducirse por parte del ministro Barrionuevo, si tan definitivas son, podrían haberse argumentado -e impedir la consolidación de TV-3 en Valenciacuando se inició la penetración del canal catalán.Si no hay cauce técnico bastante ni la ley permite que una televisión autonómica desborde el marc...

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EL GOBIERNO ha decidido que la televisión autonómica valenciana utilice la frecuencia que hasta ahora servía para que el canal catalán TV-3 se recibiera en la Comunidad Valenciana. El hecho supone una grave limitación a la libertad de expresión, porque todas las razones, técnicas y legales, que ahora puedan aducirse por parte del ministro Barrionuevo, si tan definitivas son, podrían haberse argumentado -e impedir la consolidación de TV-3 en Valenciacuando se inició la penetración del canal catalán.Si no hay cauce técnico bastante ni la ley permite que una televisión autonómica desborde el marco de su comunidad autónoma, no tiene sentido que se haya aplazado la decisión de cierre por oportunismo político. El hecho de que en el País Vasco y Cataluña existan dos canales autonómicos de la propia comunidad hace incomprensible la tesis gubernamental de que en la Comunidad Valenciana no caben también dos, aunque uno de ellos sea catalán. Todo huele, pues, a una decisión partidista del Gobierno -que, sin embargo, ayer ofreció sintomas de querer remplantear- a la que habría coadyuvado el Ejecutivo catalán, que con el nuevo Canal 33 tapa cautelarmente la entrada de las televisiones públicas de otras autonomías, demostrando más interés en reforzar la emisión de sus mensajes en su territorio que en favorecer el intercambio de voces plurales. Entre tanto, el ciudadano valenciano puede apretar un botón menos. Una pena.

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