El dueño de una pescadería de Bilbao muere al estallarle en la cara una carta bomba

Luis Reina Mesonero, de 61 años, dueño de una pescadería, murió ayer en Bilbao al estallarle en la cara una carta bomba que acababa de recoger en el buzón de su domicilio. El artefacto, compuesto por unos 150 o 200 gramos de un explosivo aún sin determinar, estaba escondido en una carta dirigida a nombre del fallecido. Portavoces del Ministerio del Interior consideraron anoche que el atentado no presenta una motivación aparente, ya que Luis Reina no mantenía vinculaciones conocidas con partidos políticos ni con miembros de las fuerzas de seguridad, y nunca había denunciado haber recibido amena...

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Luis Reina Mesonero, de 61 años, dueño de una pescadería, murió ayer en Bilbao al estallarle en la cara una carta bomba que acababa de recoger en el buzón de su domicilio. El artefacto, compuesto por unos 150 o 200 gramos de un explosivo aún sin determinar, estaba escondido en una carta dirigida a nombre del fallecido. Portavoces del Ministerio del Interior consideraron anoche que el atentado no presenta una motivación aparente, ya que Luis Reina no mantenía vinculaciones conocidas con partidos políticos ni con miembros de las fuerzas de seguridad, y nunca había denunciado haber recibido amenazas.

La explosión se produjo sobre las 20.40 poco después de que Luis Reina entrase en el portal de su domicilio en el número 32 de la calle de Fica, en el barrio bilbaíno de Santutxu. Reina subió los nueve escalones que hay desde el portal hasta el rellano en que se encuentran los buzones y recogió la correspondencia. La víctima, que tenía problemas de vista, se acercó un sobre a la cara, momento en que el artefacto hizo explosión. El estallido destrozó totalmente el rostro y el torax de Reina, quien murió en el acto.El fallecido, natural de Bilbao, era propietario de un puesto de pescadería en el mercado municipal de la Ribera, en el casco viejo de la capital vizcaína. El establecimiento era regentado des de hace un año por el hijo único de la víctima, de 25 años, después de que Luis Reina sufriese una embolia que le había afectado la vista y el oído. Reina estaba casado desde hace unos 20 años con una mujer paralítica, que anoche aún no había sido informada de la muerte de su marido.

En el momento de la explosión, el fallecido se hallaba solo en el portal, ya que unos vecinos que iban a entrar con él se detuvieron en un bar cercano, lo que posiblemente evitó un número mayor de víctimas.

La explosión rompió los cristales del portal y alarmó a los habitantes del inmueble, varios de los cuales, entre ellos el hijo del fallecido, bajaron a la calle, encontrando el cadáver del pescadero tendido en las escaleras.

Cuando el cuerpo aún permanecía en el rellano del portal de la finca, dos hermanas de la víctima, de avanzada edad, se sentaron en un comercio colindante sin articular palabra ni poder dar crédito a lo ocurrido, informa la agencia Efe.

Vecinos de Luis Reina le calificaron anoche como "buenísima persona" y aseguraron que no tenía ninguna militancia política, por lo que creen que el atentado es un error. En la finca en que vivía el pescadero no reside ningún funcionario de prisiones, miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado ni militares.

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Contra un consejero foral

Fuentes del Gobierno Civil de Vizcaya confirmaron anoche que Reina no había presentado nunca una denuncia por amenazas.Por otra parte, artificieros del Cuerpo Nacional de Policía desactivaron en la mañana de ayer en Pamplona una carta bomba compuesta por un detonador, una pila y un interruptor, que estaba dirigida al consejero de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones del Gobierno navarro, Antonio Aragón.

Según fuentes de la Delegación del Gobierno, el artefacto no contenía explosivo, si bien al estar conectados el detonador, la pila y el interruptor, su apertura podría haber producido una pequeña explosión y heridas a quien lo hubiese manipulado, informa Mikel Muez.

El artefacto estaba introducido en un sobre con matasellos de San Sebastián. En el interior, junto al detonador, envuelto en papel acartonado de color negro, se encontraba una chapa de solapa con el lema "Autobiari ez" ("no a la autovía").

Éste es el segundo intento de atentado perpetrado en los últimos días contra empresas o personas vinculadas al proyecto de autovía entre Navarra y Guipúzcoa, cuyas obras están a punto de comenzar.

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