HUIDA A OCCIDENTE

Unas vacaciones muy especiales

Hungría brinda a los alemanes orientales una oportunidad única para saborear lo inalcanzable

VIVIANNE SCHNITZER Las vacaciones en Hungría son un símbolo de prestigio social para los ciudadanos de la República Democrática Alemana. El país magiar no es sólo atractivo por la posibilidad de escape a Occidente que ha ofrecido a miles de europeos del Este en los últimos meses, sino también porque satisface el frustrado consumismo de los alemanes orientales. Este año se esperan 1,8 millones de turistas procedentes de la RDA, vía Checoslovaquia.

Los lugares más frecuentados son la capital magiar, Budapest, y el balneario a orillas del lago Balatón, que, si bien no es Hollywood, ofrece ...

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VIVIANNE SCHNITZER Las vacaciones en Hungría son un símbolo de prestigio social para los ciudadanos de la República Democrática Alemana. El país magiar no es sólo atractivo por la posibilidad de escape a Occidente que ha ofrecido a miles de europeos del Este en los últimos meses, sino también porque satisface el frustrado consumismo de los alemanes orientales. Este año se esperan 1,8 millones de turistas procedentes de la RDA, vía Checoslovaquia.

Los lugares más frecuentados son la capital magiar, Budapest, y el balneario a orillas del lago Balatón, que, si bien no es Hollywood, ofrece a los ojos de cualquier ciudadano del bloque socialista toda la gama, color y clichés del sueño de Occidente: moda al día en género de algodón (escasísimo en toda Europa del Este), cafés al aire libre y música de la radio privada Danubius, que transmite en alemán con grabaciones de Michael Jackson y Madonna.El solo hecho de comprar en los mercados callejeros de frutas y verduras se transforma para estos turistas de la RDA en una experiencia inolvidable, después de un largo invierno donde sólo se vieron las manzanas guardadas en la bodega, patatas y remolachas.

Los colores de los melocotones, tomates y pimientos que se ven con abundancia en Hungría, casi inexistentes en la RDA, deleitan no sólo a los adultos sino a los niños, que pueden adquirir vitaminas naturales con gusto.

Los turistas de la RDA pueden salir en 40 barcos alemanes del Este cada día, con una cuota de 40 marcos alemanes del Este por día. A pesar de que ese dinero sólo alcanza para las mínimas necesidades alimentarías y de alojamiento -generalmente lo hacen en camping-, los viajeros alemanes orientales pueden saborear brevemente un estilo de vida para ellos oceídental e inalcanzable.

Las grandes atracciones

Las grandes atracciones: la céntrica calle Vaci Utca con tiendas de diseñadores franceses y precios en dólares, la televisión vía satélite que varios de los ricos magiares ya han instalado en sus casas, el acceso a la Prensa extranjera, una hamburguesería americana en pleno centro de Budapest, una tienda de zapatillas Adidas fabricadas en casa con licencia y otra de vaqueros americanos de verdad, la primera en toda Europa del Este. Hasta un casino para divisas occidentales, uno de los primeros en el bloque, y por lo menos siete hoteles de lujo que pueden admirar desde lejos; y un recuerdo de la monarquía, la pastelería Gerbeaud, donde las tortas se acompañan con café café del de verdad, con crema.

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Hace un par de años el lugar preferido de vacaciones para los germanorientales era Polonia, en el balneario de Sopop, cerca de Gdansk, donde los turistas alemanes iban en busca de sus raíces perdidas mientras caminaban por el paseo marítimo fianqueado por edificios de comienzos de siglo.

En la pequeña frontera que separa Hungría con la URSS también se experimenta un turismo socialista de consumo. Los soviéticos obtienen un visado para un día.

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