Entrevista:DECLARACIONES DE MARIANO RUBIO

"No es el momento adecuado para reducir impuestos"

El gobernador del Banco de España considera necesario tomar medidas para asegurar la creación de empleo

, Pregunta. Usted afirma que la inflación y el déficit son ahora los dos fenómenos más negativos de la economía española, ¿por qué sitúa al paro en un segundo plano?

Respuesta. Por supuesto que el paro es un problema mucho más importante que la inflación o el déficit de la balanza de pagos. Pero la cuestión no está ahí, sino en saber cómo se consigue crear rápidamente el número de puestos de trabajo necesario para acabar con el desempleo. En este sentido hay dos aspectos importantes a tener en cuenta. Primero, que para crear empleo es necesario mantener un ritmo de crecim...

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, Pregunta. Usted afirma que la inflación y el déficit son ahora los dos fenómenos más negativos de la economía española, ¿por qué sitúa al paro en un segundo plano?

Respuesta. Por supuesto que el paro es un problema mucho más importante que la inflación o el déficit de la balanza de pagos. Pero la cuestión no está ahí, sino en saber cómo se consigue crear rápidamente el número de puestos de trabajo necesario para acabar con el desempleo. En este sentido hay dos aspectos importantes a tener en cuenta. Primero, que para crear empleo es necesario mantener un ritmo de crecimiento suficiente y esto es precisamente lo que está en peligro si no conseguimos contener las presiones inflacionistas.Pero, además, la experiencia de estos últimos tiempos muestra que el problema no es solamente un problema de demanda, de crecimiento, sino también un problema de formación de la población activa para adaptarla a la estructura de la demanda de trabajo.

El 'parón' fiscal

P. Para suavizar las tensiones ¿son suficientes las medidas adoptadas, tanto monetarias como presupuestarias?R. Es cierto que las medidas tomadas hasta ahora no han conseguido enfriar el crecimiento del gasto como se pretendía. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que algunas de ellas, concretamente las medidas que afectaban a los gastos e ingresos públicos, se han tomado hace muy poco tiempo. En cualquier caso, se seguirá con atención la evolución de los distintos indicadores económicos para comprobar si las medidas adoptadas hasta ahora han sido o no suficientes.

P. ¿Cuáles pueden ser los efectos del parón fiscal desde el punto de vista recaudatorio, justo en unos momentos en que usted defiende la necesidad de que el Estado aumente sus ingresos para frenar la demanda?

R. Evidentemente, si como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional y de la reforma del impuesto sobre la renta se produjera una reducción importante de los ingresos, se complicaría el problema. En estos momentos no se puede saber cuál va a ser el impacto de la reforma, entre otras cosas porque el Gobierno aún lo está estudiando y no hay una decisión al respecto. En todo caso, no estamos en un momento adecuado para reducir los impuestos, aunque es posible que no sea fácil compaginar la sentencia del Constitucional y la consiguiente reforma del IRPF con la necesidad de recaudar más por parte de Hacienda.

P. ¿Podría incrementarse, por consiguiente, la apelación al Banco de España?

R. No necesariamente, porque si bien el recurso al Banco de España es resultado del déficit, éste también puede cubrirse mediante la emisión de deuda pública. De cualquier forma, en una situación como la actual, eso complica la tarea de la política monetaria. Creo que si se produce un menor aumento de la recaudación, eso no debería significar un mayor recurso al Banco de España, sino que en ese caso habría que acudir a mayores emisiones de deuda pública.

P. ¿Eso significa que verá la luz esa rumoreada emisión jumbo de pagarés?

R. La llamada emisión jumbo de pagarés está ligada al tratamiento de la masa de dinero no controlada fiscalmente. No creo que tenga relación directa con los aspectos recaudatorios, pero, evidentemente, puede contribuir a aliviar en un momento determinado esas necesidades. de todas maneras, que yo sepa, no hay ninguna decisión tomada a este respecto.

P. Otro camino, aunque polémico, puede ser reducir el crecimiento de las inversiones estatales, puesto que existe una fuerte demanda social de mejoras de infraestructuras y servicios. En estas condiciones, ¿tiene sentido sacrificar las inversiones de infraestructura para reducir la inflación?

R. No se trata de elegir, como algunos parecen pensar, entre inflación e inversiones en infraestructura. Si realmente la opción fuera entre tener mejores carreteras, mejores ferrocarriles, mejor educación, a cambio todo ello de un punto más de inflación, obviamente todo el mundo optaría por disfrutar de esos servicios. Pero el problema no es ese. La inflación es un proceso que, por su propia, naturaleza, tiende a acelerarse y cuando se acelera no hay más remedio al final que adoptar medidas que serán tanto más duras cuanto más se hayan retrasado. Lo importante, por tanto, es maximizar el crecimiento de la economía española, maximizar el crecimiento del empleo, maximizar la mejora de los servicios públicos, pero todo ello en el medio plazo, no en los próximos seis meses, para luego tener que dar un parón, como ya nos ha ocurrido tantas veces en el pasado.

P. Así que, por lo que se ve, se mantendrán las medidas introducidas en febrero para enfriar la economía y se aplaza la bajada de tipos de interés.

R. Hubiéramos querido levantar esas medidas lo más pronto posible, pero desgraciadamente la presión sobre el tipo de cambio de la peseta se mantiene, si bien es cierto que ha cedido algo en los últimos días, aunque todavía es pronto para saber si ha habido un cambio de tendencia. En cuento se vea que este problema está resuelto se suprimirán esos controles, porque somos conscientes de sus inconvenientes.

P. Mientras, el deterioro del déficit comercial y la pérdida de competitividad alarma a economistas y a exportadores.

R. El factor que más está pesando sobre el déficit comercial es el fuerte crecimiento de la economía española, que desvía al exterior parte del crecimiento del gasto. Aunque la apreciación de la peseta afecta negativamente a las exportaciones, éstas, siguen creciendo a buen ritmo y, en todo caso, insisto en que el deterioro del déficit comercial no se debe fundamentalmente a la subida de la peseta.

P. Entrando en el terreno bancario, ¿se puede dar por finalizado el proceso de fusiones?

R. No lo sé. En este momento no tengo conocimiento de ningún proyecto, ni preveo ningún movimiento en ese sentido.,Lo que sí quiero aclarar es que ni yo ni ninguna otra autoridad hemos afirmado nunca que los bancos tengan que fusionarse. Lo que hemos dicho es que, de cara a la formación del mercado único europeo, era importante contar con entidades de mayor dimensión. Pero eso era decisión de los banqueros, porque, evidentemente, en ese proceso existen otros muchos factores en juego. Una cosa es que sea conveniente hacer algo y otra es que ello sea posible. Para que haya fusión es necesario que dos se quieran fusionar. Todo el mundo ha sido libre de hacer lo que ha querido; en ese terreno no se ha forzado a nadie.

P. ¿Y el proceso de fusión de las cajas de ahorro?

R. Es el otro aspecto importante de las fusiones. Aquí, unas fusiones parece que marchan, y otras, que tienen algunas dificultades. Espero que, en definitiva, el proceso continúe porque es positivo. Pero, insisto, que son las instituciones las que deben tomar la decisión.

P. ¿Quedan flecos pendientes de la fracasada fusión Central-Banesto?

R. Queda algún tema secundario, aunque básicamente todo está acordado. Los dos bancos han presentado unas propuestas que nos han parecido razonables y no existen problemas importantes en ese terreno. Tampoco son programas cerrados, sino condicionados incluso a la marcha de los propios bancos en un futuro próximo y que habrá que ir revisando de tiempo en tiempo.

P. ¿Continúa preocupado el Banco de España por el nivel de autocartera de la banca?

R. No es una preocupación inmediata, pero sí hay una preocupación respecto al funcionamiento de todo el mercado de valores bancarios, y dicho sea de paso, no sólo de los valores bancarios. Por lo que se refiere a la autocartera y su repercusión en el nivel de solvencia de los bancos, eso ya está resuelto en la medida que el Banco de España reduce la autocartera de los recursos propios. Pero aún así creo que es importante para el buen funcionamiento del sistema financiero la normalización del mercado de valores bancarios. Y es evidente que ese mercado está muy influido por las propias instituciones, que han condicionado la cotización en muchas ocasiones.

La autocartera

P. ¿Ha surtido efecto la reciente circular referente a los préstamos destinados a facilitar la compra de acciones por parte de los empleados de las entidades bancarias?

R. La circular en cuestión pretende separar dos cosas completamente distintas: por un lado, la política encomiable de hacer participar a los empleados en el capital del banco en el que trabajan, y otra muy distinta que es resolver los problemas de autocartera y de cotización de las acciones de un banco a través de la colocación de acciones a sus empleados. En este sentido, la circular sí creo que ha sido eficaz.

P. ¿Cómo son las relaciones del Banco de España con la Comisión Nacional del Mercado de Valores?

R. Existe una colaboración estrecha desde dos puntos de vista similares, y el hecho de que el gobernador del Banco de España sea miembro de la Comisión ayuda a resolver los problemas de forma conjunta. Son dos instituciones que van a colaborar mucho en el futuro, porque hay problemas que preocupan al Banco de España, pero que debe resolver la Comisión Nacional del Mercado de Valores, puesto que es el organismo competente para ello. También pueden surgir otros problemas en el futuro en los que la Comisión necesitará la colaboración del banco. Y va a tener una plena colaboración.

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