Visitas a 'etarras' encarcelados

El objeto de la presente carta es desmentir rotundamente las afirmaciones del ministro de Justicia, señor Enrique Múgica, recogidas en la página 15 de EL PAÍS de fecha 5 de mayo del presente año, referidas a que "...cuando las familias viajan por medios propios a las prisiones para visitar a los etarras, los reclusos no suelen salir a comunicación con sus familiares, mientras que sí lo hacen cuando tales familiares viajan en grupos, con las gestoras pro amnistía u otros colectivos".Pues bien, tengo un hermano preso en el módulo 4 de la prisión de Herrera de la Mancha, y con pleno conoci...

El objeto de la presente carta es desmentir rotundamente las afirmaciones del ministro de Justicia, señor Enrique Múgica, recogidas en la página 15 de EL PAÍS de fecha 5 de mayo del presente año, referidas a que "...cuando las familias viajan por medios propios a las prisiones para visitar a los etarras, los reclusos no suelen salir a comunicación con sus familiares, mientras que sí lo hacen cuando tales familiares viajan en grupos, con las gestoras pro amnistía u otros colectivos".Pues bien, tengo un hermano preso en el módulo 4 de la prisión de Herrera de la Mancha, y con pleno conocimiento de causa hago las siguientes puntualizaciones:

1. En el tercer turno de visita, en la mañana del pasado 30 de abril, visité junto con mi esposa e hijo a mi hermano, tras desplazarnos desde Donostía en mi propio vehículo. Durante el mismo turno, comunicaron otros cuatro presos con familiares y amigos que habían viajado por sus propios medios.

2. Únicamente existen dos motivos por los que los presos políticos vascos no salen a comunicación con sus familiares y amigos:

-Por haber sido trasladados repentinamente a otro centro penitenciario, incluso el mismo día que: sus familiares guardan cola para visitarles. Es decir, no salen a comunicación por la sencilla razón de que no están.

-Porque, en el caso de los amigos, no se haya formalizado la no siempre preceptiva instancia burocrática y los funcionarios de la prisión, con la generosidad democrática que les caracteriza, impiden la visita, a pesar de los cientos de kilómetros recorridos por el amigo del preso.-