Crímenes sin denuncia

Es duro decirlo, pero en este momento se está cometiendo un crimen. No ha sido el primero ni será el último. En cierto modo, no debemos de sorprendernos, es algo a lo que nuestra sociedad se ha acostumbrado. Estos crímenes se suceden uno tras otro de forma organizada y al amparo de alguna legislación. Sin embargo, nadie los denuncia, aunque muchos son sus testigos. En los mismos se producen amputaciones de miembros sanos, llegando a alcanzar el tronco de las víctimas. Pareceré cruel al relatar estos hechos. No se inquieten porque estos seres no muestren su sufrimiento, tampoco pueden huir, por...

Es duro decirlo, pero en este momento se está cometiendo un crimen. No ha sido el primero ni será el último. En cierto modo, no debemos de sorprendernos, es algo a lo que nuestra sociedad se ha acostumbrado. Estos crímenes se suceden uno tras otro de forma organizada y al amparo de alguna legislación. Sin embargo, nadie los denuncia, aunque muchos son sus testigos. En los mismos se producen amputaciones de miembros sanos, llegando a alcanzar el tronco de las víctimas. Pareceré cruel al relatar estos hechos. No se inquieten porque estos seres no muestren su sufrimiento, tampoco pueden huir, porque están unidos a la madre tierra, de la que dependen y en la que irremediablemente morirán. Esto ocurre aquí de un modo como no lo he visto en ningún lugar: "Cortando por lo sano".Es triste que nadie alce su voz en contra de la poda irracional de los árboles, los cuales permanecen mudos, impasibles, con sus miembros reducidos a menudo a la mínima expresión. Se diría que miran al cielo en espera de una clemencia que no llegará. Más se asemejan a postes telegráficos que a bellos árboles. Nadie les visita, ni siquiera los pájaros, inquilinos de toda la vida, que se han trasladado a otros lugares más a tono con la época que vivimos. Tampoco podrán disfrutar de ellos muchos madrileños que busquen una sombra fresca bajo la que cobijarse.-