Tribuna:

Reparaciones económicas

La festividad del lunes de Pascua tuvo dos celebraciones distintas en los mercados de valores españoles. Barcelona, Bilbao y Valencia mantuvieron cerrados sus patios de operaciones. Por su parte, la bolsa madrileña aprovechó la jornada semifestiva para realizar algún que otro arreglo en sus cotizaciones que diera una apariencia alcista.El punto de enganche de las mejoras fue la escasísima presión del papel durante una sesión de mínimo negocio. Algunos valores industriales aprovecharon con bastante habilidad esta inhibición de las ventas, aunque en más de un caso, el exceso de confianza se trad...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La festividad del lunes de Pascua tuvo dos celebraciones distintas en los mercados de valores españoles. Barcelona, Bilbao y Valencia mantuvieron cerrados sus patios de operaciones. Por su parte, la bolsa madrileña aprovechó la jornada semifestiva para realizar algún que otro arreglo en sus cotizaciones que diera una apariencia alcista.El punto de enganche de las mejoras fue la escasísima presión del papel durante una sesión de mínimo negocio. Algunos valores industriales aprovecharon con bastante habilidad esta inhibición de las ventas, aunque en más de un caso, el exceso de confianza se tradujo en una apertura al alza seguida de recortes más o menos acentuados.

La fiesta colaboró a reducir el volumen de contratación hasta la zona de mínimos al eliminar las operaciones de arbitraje y reducir los puntos de referencia sobre los que se mueven los mercados de valores. La inhibición de cualquier apuesta permitió, sin embargo, más de una muestra de virtuosismo dentro de la operativa bursátil.

El sector bancario escenificó con bastante fidelidad la marcha de la cesión. El volumen negociado entre los siete grandes fue sólo la mitad del miércoles anterior, en el que la contratación ya había sufrido la reducción propia de las fiestas. Sin embargo, esto no impidió mejoras como la subida de ocho enteros de uno de los componentes de este subgrupo, a pesar de que el saldo comprador de su caja era de poco más de 1.000 títulos, y quedó más de la mitad sin ejecutar. Una muestra de habilidad que no se ejerció en solitario.

Archivado En