Cada navarro paga al Estado 500 pesetas al año

Cada navarro entrega al año al Estado el precio aproximado de una entrada de cine, 500 pesetas. La comunidad contribuye al sostenimiento de las cargas generales con una cantidad, invariable desde hace 20 años, de 264 millones de pesetas. A cambio, el Estado invirtió el año pasado en la región más de 113.000 millones de pesetas.

Los navarros bromean satisfechos cuando reconocen su aportación como una especie de limosna. La ley del convenio económico con la Hacienda central, aprobada en 1969, la define como un donativo.

A diferencia del cupo vasco, sometido cada cierto tiempo a...

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Cada navarro entrega al año al Estado el precio aproximado de una entrada de cine, 500 pesetas. La comunidad contribuye al sostenimiento de las cargas generales con una cantidad, invariable desde hace 20 años, de 264 millones de pesetas. A cambio, el Estado invirtió el año pasado en la región más de 113.000 millones de pesetas.

Los navarros bromean satisfechos cuando reconocen su aportación como una especie de limosna. La ley del convenio económico con la Hacienda central, aprobada en 1969, la define como un donativo.

A diferencia del cupo vasco, sometido cada cierto tiempo a negociaciones y cálculos de indicadores económicos y cifrado en miles de millones, el donativo foral navarro ha permanecido inmutable desde que se elevó de 21 millones a 264. Mientras que del cupo se van deduciendo los servicios que el Estado traspasa a la Administración vasca, el convenio con Navarra, en cambio, es neto e independiente de los servicios que preste una u otra Administración.

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La Hacienda navarra recauda el impuesto de la renta, participa proporcionalmente en los ingresos por IVA y administra directamente sus recursos. Al no existir negociación periódica, no está sometido a controversia política. Para mantener las arcas saneadas, el Gobierno autónomo no ha querido saber nada hasta ahora de los servicios más costosos, Sanidad y Educación, que le obligarían a desembolsar unos 25.000 millones anuales sin compensación.

La quinta parte, a personal

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El presupuesto para este año, 99.746 millones de pesetas, dedica más de la quinta parte a gastos de personal. Recibir Sanidad y Educación supondría incorporar 4.500 nóminas más. La Administración foral mantuvo su estructura paralela durante el franquismo. Su confluencia con los servicios de la Administración central provoca ahora efectos peligrosos. En el Gobierno socialista se han encendido luces de alarma. Cada 15 navarros ocupados deberán mantener en el futuro a un funcionario.El singular régimen financiero es insostenible, según reconocen todos los sectores políticos y sociales, pero ha servido para alentar años de prosperidad y sembrar de subvenciones con generosidad el territorio. Déficit y endeudamiento son dos términos prácticamente desconocidos. Cuando el Estado comience a pasar la bolsa recaudadora en serio, la situación financiera será peor, pero no necesariamente mala.

Ante el trato de privilegio, los nacionalistas se han visto obligados a callar. Consideran cada peseta que sale de Navarra un tributo al centralismo. Su análisis de las cosas es muy simple: se trata de una arbitrariedad mantenida por el Estado para alentar el funcionamiento de una autonomía inviable. Pero los abertzales de Navarra, cualquiera que sea su grado de radicalismo, son ante todo navarros. Han ayudado a convertir el de la financiación en el secreto mejor guardado.

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