El lastre de la Constitución 'militar'

Dificilmente podrá hablarse de democracia en Turquía mientras siga en vigor una Constitución redactada por militares golpistas, aprobada en un referéndum en el que el no careció de toda oportianidad y que restringe severamente la vida política y sindical. Pese a que el país ha ido avanzando a pasos de gigante hacia la homologación con Occidente, la ley fundamental es un lastre. Sólo el gubernamental PMP, el único de nuevo cuño, sin raíces en la situación anterior a la intervención militar de 1980, ha defendido el texto. Sin embargo, es el propio primer ministro quien dice ahora: "Se pregunto s...

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Dificilmente podrá hablarse de democracia en Turquía mientras siga en vigor una Constitución redactada por militares golpistas, aprobada en un referéndum en el que el no careció de toda oportianidad y que restringe severamente la vida política y sindical. Pese a que el país ha ido avanzando a pasos de gigante hacia la homologación con Occidente, la ley fundamental es un lastre. Sólo el gubernamental PMP, el único de nuevo cuño, sin raíces en la situación anterior a la intervención militar de 1980, ha defendido el texto. Sin embargo, es el propio primer ministro quien dice ahora: "Se pregunto si el profesor Orhan Aldikacti, que dirigió el comité redactor designado por el ejército, está realmente satisfecho de su trabajo".Ozal ha prometido una nueva Constitución en lugar de enmendar la actual, porque "es más fácil construir un nuevo piso que arreglar a fondo el viejo". Será un texto corto, en el que se recojan sólo los derechos y libertades fundamentales y las instituciones esenciales. "Si te metes en muchos detalles, te atas las manos. Así, el Gobierno podría hacer la legislación que responda a las necesidades de cada momento".

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El presidente del PPSD, Erdal Inonu, de 63 años, cuyo padre, Ismet, fue presidente de la república y compañero inseparable de Ataturk, el fundador de la Turquía moderna, acusa al primer ministro de oportunismo y de querer tener las manos libres para actuar a su antojo. Pero Ozal le responde con ironía que, "dado que espera llegar,pronto al poder, debería estar contento con el cambio".

Celcuk Sonmez, de 48 años, secretario general del Partido de Izquierda Democrática (PlD) que encabeza el ex primei rúnistro Bulent Ecevit, está de acuerdo en la necesidad de cambiar la ley fundamental, "pero con el consenso de todas las fuerzas políticas". En su opinión, el actual Parlamento no puede lograr este objetivo. El PID, pese a obtener más de dos millones de votos (el 8,5% del total) en las legislativas de 198 7, juedó fuera de la Asamblea a no superar la barrera del 10%

El golpe de 1980 se muestra irritado porque Ozal quiera apuntarse ahora el tanto de un cambio de Constitución que el PRV no ha dejado de exigir. "Lanza esta idea para disminuir importancia de las elecciones", asegura. "Si quería cambiarla, ¿por qué no lo ha hecho antes? No le habría faltado el apoyo del Parlamento". Sin ei ibargo, pese a sus críticas, apoya el cambio, siempre que sea consensuado.

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