"ETA no acepta que en Argel se hable solo de presos", afirma Iñaki Esnaola

Iñaki Esnaola, miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB), cree que se puede ser moderadamente optimista ante la reanudación de las conversaciones entre el Gobierno y ETA porque existen novedades en el planteamiento del diálogo, según ha declarado al grupo informativo Euskal Herria. El abogado donostiarra se muestra muy cauto respecto a la posible evolución de los contactos, pero afirma que si el Gobierno pone sobre la mesa en Argel sólo la salida de los presos, la organización terrorista dará inmediatamente por concluida la sesión.

Según Esnaola, hay elementos de interés en...

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Iñaki Esnaola, miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB), cree que se puede ser moderadamente optimista ante la reanudación de las conversaciones entre el Gobierno y ETA porque existen novedades en el planteamiento del diálogo, según ha declarado al grupo informativo Euskal Herria. El abogado donostiarra se muestra muy cauto respecto a la posible evolución de los contactos, pero afirma que si el Gobierno pone sobre la mesa en Argel sólo la salida de los presos, la organización terrorista dará inmediatamente por concluida la sesión.

Según Esnaola, hay elementos de interés en el nuevo intento negociador, como la presencia de un representante del PSOE en las conversaciones, la intervención como mediador del Gobierno de otro Estado soberano y el reconocimiento del carácter político del diálogo. "Se ha cogido una ola", afirma. "Ahora hay que agarrar bien la tabla de surf y aguantar lo más posible e intentar llegar a la orilla".El abogado abertzale considera las concesiones del Gobierno y la renuncia de ETA a referirse a la negociación como parte del esfuerzo necesario por ambas partes para poder seguir hablando, cada uno desde sus posiciones de principio. "Las concesiones más importantes vendrán después", señala, "cuando se discuta cómo se va a constituir la mesa y qué va a dar de sí. Ahí se fijarán las bases y las reglas del juego de una situación posterior, quizá más importantes que la negociación propiamente dicha, donde las cosas pueden llegar bastante encauzadas".

No quiere adelantar una previsión sobre el futuro, pero subraya su convencimiento de que el PSOE y ETA terminarán por hablar "en Mondragón o en Argelia", y los demás partidos vascos tendrán algún papel en la fase final. Esnaola cree que la característica principal de la actitud de los restantes partidos nacionalistas es la desconfianza. "Desean que los avances posibles se realicen desde los mecanismos de la reforma., de manera que puedan capitalizarlos ellos", asegura.

"Otras vías políticas"

"De hecho, el Gobierno ha admitido que- su interlocutor de momento es ETA, aunque se insinúan ya posibilidades de desdoblamiento de la mesa inicial en otras vías políticas", afirma. A ese ámbito de negociación posterior no sería ajeno el pacto de Ajuria Enea contra la violencia en1a medida que el PSOE, según interpreta el dirigente de HB, acude a Argel con la delegación de las restantes fuerzas políticas.El abogado abertzale está seguro de que el Gobierno "se podría saltar a la torera" los compromisos del pacto de Ajuria Enea, pero no cree que sea ésa su intención. "De momento", dice, "las dos partes, Gobierno y ETA, se sitúan en confluencia para buscar soluciones a los temas de siempre. No quiere decir que nadie acepte de antemano las soluciones del otro".

Esnaola niega la existencia de una estrategia clara del Gobierno frente a ETA. "Ha habido siempre dos líneas enfrentadas, o quizá más", asegura. Admite también la estrechez del margen de maniobra de la organización terrorista, pero se pregunta cuál puede ser el de un Ejecutivo cuando ha aceptado la intervención como mediador de otro Estado soberano más o menos amigo. "Cuando está presente un tercero", explica, "se sabe quién rompe y por qué".

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Destaca como razón de la nueva actitud del Gobierno frente a las conversaciones el reconocimiento de que es dificil acabar con la izquierda abertzale, representada por ETA y HB, y de las limitaciones del pacto antiterrorista, "con más fuerza por arriba, en las direcciones de los partidos, que en su traducción popular en la calle". No niega, sin embargo, los riesgos del pacto para ETA en la medida que puede llevarlo a un desgaste a medio plazo.

Esnaola admite la existencia de presiones argelinas sobre los exiliados de ETA, pero rechaza que se hayan reproducido tras la revuelta de otoño, y no juzga que hayan resultado decisivas. "Lo decisivo por parte de ETA ha sido la voluntad de negociar, sin negar la influencia de otros factores. Pero más vale tener las cosas claras. Ha existido un desbloqueo por el Gobierno de cuestiones hasta ahora vetadas. Si el Gobierno dice algún día que sólo se puede hablar de los presos, ETA levanta inmediatamente la sesión. Y si se expulsa de Argelia a Etxebeste y los demás, estoy seguro que les importará un comino. Están hechos a la idea".

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