30 inuertos al incendiarse una mina de oro en Perú

Al menos 30 personas han fallecido en el incendio declarado en una vieja mina de oro en la región de Nazca, a unos 450 kilómetros al sur de Lima, según informó ayer el diputado peruano Luis Negreiros.

Las primeras informaciones llegadas a la capital peruana señalaban que el incendio comenzó el sábado por la mañana en algunas de las galerías subterraneas de la mina y contabilizaban cuatro muertos y alrededor de 100 mineros bloqueados.

La mina se encuentra a unos 1.000 metros de altitud, en las estribaciones desérticas de los Andes. Al parecer, las autoridades locales sólo fuer...

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Al menos 30 personas han fallecido en el incendio declarado en una vieja mina de oro en la región de Nazca, a unos 450 kilómetros al sur de Lima, según informó ayer el diputado peruano Luis Negreiros.

Las primeras informaciones llegadas a la capital peruana señalaban que el incendio comenzó el sábado por la mañana en algunas de las galerías subterraneas de la mina y contabilizaban cuatro muertos y alrededor de 100 mineros bloqueados.

La mina se encuentra a unos 1.000 metros de altitud, en las estribaciones desérticas de los Andes. Al parecer, las autoridades locales sólo fueron advertidas de la catástrofe 48 horas después. A partir de entonces comenzaron a llegar los primeros equipos de rescate.

"Hemos retirado ya cuatro cadaveres. Creemos que hay un centenar de mineros bloqueados en el interior de la mina por los desprendimientos de las galerías", dijo ayer Cesar Asmat, diputado por Nazca del partido gubernamental, APRA (Alianza Popular y Revolucionaria Americana). El incendio no ha sido aún controlado totalmente y se cree que se tardarán varios días en recorrer todas las galerias, que tienen varios kilómetros de longitud y las más profundas están a 40 metros bajo tierra.

Alrededor de unos 1.200 buscadores independientes de oro trabajan en esa mina, que llevaba abandonada varios años, desde finales del año pasado. Se adentran en las galerías en equipos de unos 400 hombres, que consiguen arrancar una media de dos a tres gramos de oro diarios por persona, lo que les produce un beneficio inferior a las 2.800 pesetas. El hecho de que sean trabajadores independientes hace aún más difícil saber el número que personas que se encontraban dentro en el momento de iniciarse el incendio. Su actividad, ejercida en las peores condiciones de seguridad, escapaba a todo control gubernamental.

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