Campaña musulmana

Si los miembros de la comunidad musulmana del Reino Unido no desean leer la novela de Salman Rushdie Versos satánicos, no tienen más que abstenerse de adquirirlo. No deberían imponer sus sentimientos a la bastante más numerosa población no islámica. De su campaña para lograr la prohibición de¡ libro, basándose en que es blasfemo, queda como muestra la manifestación de Bradford en la que una multitud de musulmanes siguió el ejemplo de la Inquisición y los nazis de Hitier y quemó varios ejemplares. La cadena de librerías W. H. Smith no puede ser criticada por seguir el consejo de la polic...

Si los miembros de la comunidad musulmana del Reino Unido no desean leer la novela de Salman Rushdie Versos satánicos, no tienen más que abstenerse de adquirirlo. No deberían imponer sus sentimientos a la bastante más numerosa población no islámica. De su campaña para lograr la prohibición de¡ libro, basándose en que es blasfemo, queda como muestra la manifestación de Bradford en la que una multitud de musulmanes siguió el ejemplo de la Inquisición y los nazis de Hitier y quemó varios ejemplares. La cadena de librerías W. H. Smith no puede ser criticada por seguir el consejo de la policía,y retirar los libros de su escaparate de Bradford. La campaña musulmana sería más comprensible si la novela de Rushdie fuera mala. Pero sus méritos literarios son indudables. Versos satánicos fue escrito como una parábola moral y así debe ser interpretada. Los dirigentes musulmanes deberían examinar las implicaciones de su guerra contra Rushdie. ¿Creen realmente que este libro supone una amenaza para sus seguidores? ¿No es la fe islámica lo suficientemente fuerte como para soportar un análisis de ficción? ¿No es doblemente contraproducente su campaña, por dar una mayor publicidad al libro y mostrar a los británicos la cara intolerante del Islam, como a menudo ocurre en el exterior? Ya hay suficientes presiones de la censura actualmente para que las minorías religiosas se empeñen en suprimir los libros que consideran problemáticos. 17 de enero