Bruselas se convierte en la tercera región belga

Tras más de 18 años de vacío jurídico, la ciudad de Bruselas dispone por fin de un estatuto que la convierte en la,tercera región de Bélgica, junto con Flandes y Valonia. La Cámara de Diputados aprobó, por 147 votos a favor y 48 en contra, el llamado Proyecto de ley especial relativo a las instituciones bruselenses, que culmina la federalización del país, iniciada hace casi nueve años.Los 19 ayuntamientos que integran la capital belga, con una población ligeramente inferior al millón de habitantes, tendrán que elegir el próximo mes de junio un Parlamento local de 75 diputados. Los c...

Tras más de 18 años de vacío jurídico, la ciudad de Bruselas dispone por fin de un estatuto que la convierte en la,tercera región de Bélgica, junto con Flandes y Valonia. La Cámara de Diputados aprobó, por 147 votos a favor y 48 en contra, el llamado Proyecto de ley especial relativo a las instituciones bruselenses, que culmina la federalización del país, iniciada hace casi nueve años.Los 19 ayuntamientos que integran la capital belga, con una población ligeramente inferior al millón de habitantes, tendrán que elegir el próximo mes de junio un Parlamento local de 75 diputados. Los candidatos deberán presentarse a los comicios en listas separadas, si son francófonos o flamencos. Los partidos mayoritarios formarán un Gobierno que contará con cinco ministros y tres secretarios de Estado.

La creación de esta tercera comunidad autónoma belga tiene su origen en 1970, cuando valones y francófonos belgas consiguieron añadir una disposición a la Constitución que estipulaba que Bélgica estaba compuesta de tres regiones; pero si las dos primeras, Valonia y Flandes, nacieron en agosto de 1980, y sus poderes acaban de ser incrementados, la tercera, Bruselas, ha tenido que esperar nueve años más.

Esta tardanza es en gran parte achacable al temor flamenco de que Valonia y una Bruselas mayoritariamente francófona -la población flamenca oscila entre el 10% y el 15% del total se aliasen contra Flandes para gobernar el país. A cambio de su concesión, los partidos flamencos han obtenido ahora la renuncia al establecimiento de ningún tipo de lazo entre Bruselas y los ayuntamientos de su periferia, cuya población, de medio millón de habitantes, es francófona, pero pertenece administrativamente al Brabante flamenco.

También han logrado garantizar en el Parlamento local una representación flamenca superior a la que les correspondería proporcionalmente, y, por último, la tercera comunidad autónoma del país no está del todo en pie de igualdad política y jurídicamente con las otras dos que componen Bélgica.