Reportaje:

Ser negro en China

Los disturbios raciales se extienden a Hangzhou

Los disturbios raciales se extienden en la República Popular China. Tras cinco días de manifestaciones antiafricanas en Nankín, informaciones llegadas de Hangzhou aseguraba ayer que se producían enfrentamientos entre unos 50 estudiantes africanos y las autoridades del Instituto de Agronomía de esta ciudad, capital de la provincia de Zliejiang. Este último conflicto se desató a causa de la hostilidad y el ostracisino que han debido sufrir los estudiantes tras el repatriamiento de uno de ellos, de nacionalidad congoleña, al descubrirse, el mes pasado, que era portador del virus de inmunodeficien...

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Los disturbios raciales se extienden en la República Popular China. Tras cinco días de manifestaciones antiafricanas en Nankín, informaciones llegadas de Hangzhou aseguraba ayer que se producían enfrentamientos entre unos 50 estudiantes africanos y las autoridades del Instituto de Agronomía de esta ciudad, capital de la provincia de Zliejiang. Este último conflicto se desató a causa de la hostilidad y el ostracisino que han debido sufrir los estudiantes tras el repatriamiento de uno de ellos, de nacionalidad congoleña, al descubrirse, el mes pasado, que era portador del virus de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)."Un diario local refirió el caso y desde entonces toda la ciudad comenzó a insultarnos y a tratarnos como si estuviéramos todos contaminados", refirió un estudiante que viajó a Pekín pocos días antes de que sus condiscípulos decidieran boicotear los cursos y ocupar un edificio el lunes pasado.

"El movimiento fue desencadenado para protestar contra las telefonistas de la universidad, que no querían transmitir nuestras llamadas basándose en un documento oficial que advertía a la población sobre los riesgos de contaminación de SIDA en caso de frecuentación de los estudian tes africanos", relató uno de éstos, Ndouniboii Likouni, gabonés de 23 años de edad, en una conversación telefónica manteni da el jueves por la noche.

El miércoles, tras dos días de huelga, un profesor chino, envia do para dialogar con los ocupan tes, "fue tomado como rehén, pero se escapá por la ventana a la mañana siguiente", refirió el mismo estudimte, quien precisó que la única exigencia de los par ticipantes en el movimiento es "poder partir a Pekín y de ahí volver a nuestros respectivo países". "No queremos más con tactos con chinos; ya tenemos bastante.con los discursos oficia les sobre la amistad entre los pueblos africano y chino, pero en realidad ocurre todo lo contrario", afirmó. Según Likouni, los policías apostados en la estación ferroviaria de Hangzhou impiden a los estudiantes tomar el tren. Las comunicaciones con las embajadas en la capital china también podrían estar siendo dificultadas por las autoridades.

Desdramatizar

El hecho fue conocido en Pekín pocas horas después de que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores tratase de desdramatizar los incidentes que se vienen produciendo en Nankín desde el sábado, a los que calificó de hechos `aislados", además de afirmar que "no tienen nada que ver con la discriminación racial".Los enfrentamientos de Nankín se originaron, al parecer, cuando los guardianes de un campus universitario exigieron a las amigas chinas de dos estudiantes africanos que inscribieran sus nombres en el registro de entrada de la residencia de extranjeros. Los estudiantes golpearon a los porteros, lo cual desencadenó poco después un nutrido intercambio de piedras con condiscípulos chinos que pusieron sitio a la residencia hasta la tarde del domingo, en que finalmente se hicieron presentes las fuerzas policiales. Trece heridos -dos africanos y 11 chinos- fue el resultado de la batalla.

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Desde entonces, todas las noches se producen en Nankín manifestaciones que exigen el castigo de los africanos en nombre de "la misma ley para todos".

El día 28 había 3.000 chinos en la calle. El jueves no eran más que 300, pero decididos a obtener satisfacción.

Unos 100 estudiantes africanos se hallan por el momento recluidos a unos 80 kilómetros de Nankín y, según diplomáticos de sus países, que se trasladaron a la ciudad el día 27, podrían volver pronto a sus universidades. "Pero no es esto lo que ellos quieren, sino dejar Nankín y volver a sus países", comentó otro estudiante extranjero que prefirió mantener el anonimato.

Esta voluntad de éxodo daña, por cierto, la imagen del régimen de Pekín, que siempre se proclamó solidario de los países africanos. En China hay unos 1.300 africanos, en su mayoría becados.

Otras protestas similares contra actitudes racistas que deben afrontar los estudiantes de raza negra en el país de los "descendientes del dragón" ya se habían producido en enero de 1987 en Pekín y en mayo de 1986 en Tianjin.

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