El Ejército ha reducido los generales de 250 a 143

El Ejército de Tierra ha reducido en poco más de dos años de 250 a 143 el número de generales, con lo que ha conseguido la cifra que, como objetivo para el año 1991, se fijó en la ley de Plantillas de 1984. Mientras en el resto de empleos las cifras actuales son similares a las marcadas para 1991, en el de coronel continúan sobrando más de 300 profesionales en comparación con la plantilla de 600 fijada para el citado año. Con respecto a las bases o grandes cuarteles previstos, sólo se han construido dos de los 20 previstos.

En 1986, la plantilla del Ejército de Tierra estaba integrada p...

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El Ejército de Tierra ha reducido en poco más de dos años de 250 a 143 el número de generales, con lo que ha conseguido la cifra que, como objetivo para el año 1991, se fijó en la ley de Plantillas de 1984. Mientras en el resto de empleos las cifras actuales son similares a las marcadas para 1991, en el de coronel continúan sobrando más de 300 profesionales en comparación con la plantilla de 600 fijada para el citado año. Con respecto a las bases o grandes cuarteles previstos, sólo se han construido dos de los 20 previstos.

En 1986, la plantilla del Ejército de Tierra estaba integrada por 250 generales, 6.829 jefes (comandantes, tenientes coroneles y coroneles), 13.698 oficiales (tenientes y capitanes) y 18.966 suboficiales. Actualmente, está compuesta por 143 generales, 5.324 jefes, 12.749 oficiales y 17.470 suboficiales. La plantilla fijada para 1991 es de 143 generales, 4.945 jefes, 12.655 oficiales y 17.470 suboficiales.El principal problema para el ajuste de la plantilla reside en el empleo de coronel -inmediatamente anterior al de general-, grado que Defensa garantiza a todo profesional procedente de la academia general.

De otro lado, el Plan de Modernización del Ejército de Tierra (META), desarrollado entre 1983 y 1988, incluye el asentamiento de cada una de las 15 brigadas operativas -y de los núcleos divisionarios- en una sola base con campo de maniobras propio. Hoy, sin embargo, sólo dos o tres de la veintena de bases previstas se encuentra realmente operativa de acuerdo con los esquemas perseguidos.

Proyectos retrasados

Para las brigadas 22 y 32 y para el núcleo de tropas de la División Guzmán el Bueno, por ejemplo, aún no se han elegido terrenos y las unidades están dispersas por varias zonas; para la brigada 11 (que debe trasladarse de Madrid a Botoa, en Badajoz), las obras hechas son muy escasas; la Brigada de Caballería 1 está hoy en cuarteles de Valladolid y Salamanca, pero su ubicación definitiva y única debe ser Renedo Cabezón (Valladolid).

En la Región Militar Sur, sólo la Brigada 23 tiene su base en el lugar previsto, aunque no están concluidas las obras, mientras la Brigada 21 estará instalada en el antiguo centro de instrucción de Cerro Muriano (Murcia), si bien la base no estará operativa hasta dentro de dos años. En la Región Militar Levante, la Brigada 32 aún está repartida por Murcia, Lorca y Cartagena y no se ha elegido un lugar definitivo. En la Pirenaica Occidental, la Brigada de Caballería 2, con sede en San Gregorío (Zaragoza), aún no cuenta con la unidad que debe unírsele y que hoy continúa en Aranjuez (Madrid). En la Región Noroccidental, todavía no están en pleno funcionamiento ninguna de las tres bases previstas en la zona.

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Recientemente, y de forma pública, autoridades del Ministerio de Defensa han asegurado que el departamento tiene decidido acelerar el proceso de construcción de las nuevas bases, para lo que dedicará suficientes fondos presupuestarios. A lo largo del año pasado, se ha ejecutado sólo la mitad de las obras previstas en cada centro.

Para los mandos principales del Ejército de Tierra, acelerar la construcción de las bases es un objetivo prioritario.

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