Azancot y los 88 sueños

Leopoldo Azancot, en su artículo de EL PAÍS (25 de septiembre de 1988), dice que de los 88 sueños de Cirlot sólo siete son verdaderos sueños y ponen de manifiesto el origen materno de sus conflictos. Imagino que el señor Azancot se basará en su conocimiento de la biografia de Cirlot para hacer esa aseveración, ya que con siete sueños, en los que solamente en dos aparece la madre, ni el psiquiatra más avezado osaría haber encontrado el origen de un conflicto.Considerar los 81 textos restantes como escritura automática porque son más coherentes me parece demasiado reduccionista y erróneo, ya que...

Leopoldo Azancot, en su artículo de EL PAÍS (25 de septiembre de 1988), dice que de los 88 sueños de Cirlot sólo siete son verdaderos sueños y ponen de manifiesto el origen materno de sus conflictos. Imagino que el señor Azancot se basará en su conocimiento de la biografia de Cirlot para hacer esa aseveración, ya que con siete sueños, en los que solamente en dos aparece la madre, ni el psiquiatra más avezado osaría haber encontrado el origen de un conflicto.Considerar los 81 textos restantes como escritura automática porque son más coherentes me parece demasiado reduccionista y erróneo, ya que, como ha demostrado la neurobiología del dormir y del soñar, existen diferentes tipos y grados de actividad onírica durante el dormir.Los sueños en sentido estricto (personas, cosas o lugares que se transforman en otros diferentes junto con largas series de hechos que se suceden en escenas interrelacionadas y en las que siempre interviene el soñante) ocurren siempre durante el dormir paradójico de manera cíclica cada 60-90 minutos durante la noche. En ciertos estados del dormir lento hay algunas actividades oníricas, aunque fragmentarias, más lógicas y más próximas a las ideas. Durante el adormecimiento hay alucinaciones hipnagógicas caracterizadas por la falta de acción y porque el soñante no interviene. Los textos 29, 32, 49, 53, 68, 70 y 74, de los que los 32, 53 y 74, si son sueños para Azancot, son los que los neurobiólogos llamamos sueños verbales, porque actúa únicamente el hemisferio parlante; por ello, se reconoce claramente un

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mensaje verbal, pero no la cara del emisor, ya que esto último depende del hemisferio mudo. El recordar claramente un mensaje verbal que se transcribe fácilmente al despertar suele dar una impresión de menor extrañeza al relato, pero la disociación entre ambos hemisferios ocurre únicamente durante el dormir paradójico.La mayor o menor coherencia de los textos de Cirlot no es un buen criterio para determinar cuál es sueño y cuál no, sino que más bien indica que dichos textos son recuerdos de sueños que han ocurrido durante el adormecimiento (1, 19, 23, 36, 57, 62, 63) o durante ambos tipos de dormir.-