Cinco guardias civiles y un paisano, heridos al estallar dos bombas en Vizcaya y Guipúzcoa

Seis personas, cinco de ellas guardias civiles, resultaron ayer heridas en dos atentados con explosivos perpetrados al paso de patrullas del cuerpo en las proximidades de Bergara (Guípúzcoa) y Arakaldo, (Vizcaya). Los atentados, que se producen en un momento en el que algunos líderes políticos vascos creían detectar la proximidad de una salida negociada a la violencia, no lograron su objetivo de causar un buen número de víctimas mortales por el blindaje de los vehículos. Un portavoz del Ministerio del Interior manifestó que con estos atentados "se demuestra el talante de diálogo de ETA".
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Seis personas, cinco de ellas guardias civiles, resultaron ayer heridas en dos atentados con explosivos perpetrados al paso de patrullas del cuerpo en las proximidades de Bergara (Guípúzcoa) y Arakaldo, (Vizcaya). Los atentados, que se producen en un momento en el que algunos líderes políticos vascos creían detectar la proximidad de una salida negociada a la violencia, no lograron su objetivo de causar un buen número de víctimas mortales por el blindaje de los vehículos. Un portavoz del Ministerio del Interior manifestó que con estos atentados "se demuestra el talante de diálogo de ETA".

De los seis heridos, dos de ellos tienen lesiones de gravedad, aunque se hallan fuera de peligro. El primero de estos atentados, que se sucedieron con un intervalo de hora y media, tuvo lugar pasadas las 12,30 horas a tres kilómetros del casco urbano de Bergara, en la carretera comarcal que comunica a esta villa con Plasencia de las Armas. Un coche robado días atrás a punta de pistola en Galdakao (Vizcaya) hizo explosión al paso de tres furgonetas policiales, alcanzado al vehículo que circulaba en segundo lugar. El coche contenía 25 kilos de amonal y 40 de metralla, según informó el Gobierno Civil de Guipúzcoa.La explosión potentísima, hizo temblar a un edificio próximo, arrancó de cuajo algunas ventanas, destruyó total o parcialmente dos coches aparcados en el mismo lugar y rompió los cristales de un fábrica situada a más de 200 metros. La onda expansiva derribó a varios vecinos que se encontraban en el interior de Sus casas, algunos de los cuales resultados dañados por la lluvia de partículas de cristal. Tras el estallido, la furgoneta alcanzada por el impacto chocó envuelta en llamas con la valla de seguridad de la carretera y los guardias que resultaron ilesos echaron pie a tierra e hicieron disparos, adelantándose a un eventual ametrallamiento, que no llegó a producirse.

El coche bomba, que se encontraba estacionado en ese lugar desde antes de las siete de la mañana, fue accionado a distancia desde algún punto de la ladera del monte situado tras la casa de vecinos. Los terroristas divisaban perfectamente la carretera, pero no pudieron ver a los dos muchachos que reparaban la rueda de una bicicleta ni a otro vecino que permaneció delante de la casa hasta poco antes de la explosión. Algunos vecinos aseguran que el coche bomba estuvo aparcado en el mismo lugar y en la misma posición durante buena parte del jueves y que a primera hora de la noche ya no estaba allí.

Uno de los tres guardias heridos en este atentado, Nazario López Salvador, de 23 años, fue ingresado en grave estado en la Unidad de Quemados de Cruces de Baracaldo (Vizcaya) con quemaduras en un 20% de su cuerpo, especialmente en el rostro y el cuello, y fractura del brazo derecho. Sus compañeros José Antonio Rodríguez Blanco y Francisco Javier Rodríguez Rodríguez, ambos de 23 años, permanecían ayer tarde en el hospital de la Cruz Roja de San Sebastián, reponiéndose de heridas leves.

Una bomba en la alcantarilla

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El otro atentado se produjo alrededor de las 14,00 horas en elkilómetro 20 de la carretera que comunica Llodio con Bilbao, a la altura de Arakaldo (Vizcaya), e hirió a dos guardias civiles y a un paisano, según informa Susana Unzurrunzaga. Una potente bomba colocada en la alcantarilla que discurre bajo la carretera hizo explosión al paso de un Land Rover de la Guardia Civil hiriendo a sus ocupantes que regresaban a su cuartel tras un servicio rutinario.La carga explosiva estaba compuesta por más de 50 kilogramos de amonal, informa Efe. La explosión abrió un gran boquete en la calzada y lanzó al vehículo policial contra otro Land Rover que circulaba en dirección contraria, conducido por el paisano Juan Franciso Alonso Pulido. El más grave de los dos guardias civiles heridos es el cabo Rafael Sánchez Sánchez que ingresó en el Hospital de Cruces con varios traumatismos y conmoción cerebral. El otro guardia herido es Antonio Gómez Montalver, que sufre diversas quemaduras.

Fuentes policiales han indicado que ETA intenta un golpe de efecto para aparentar una fortaleza de la que carece.

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