Uralita contra pizarra

Ventanas de aluminio en vez de madera. Cemento y ladrillo en lugar de piedra. La uralita, que ha sustituido a la pizarra y la teja curva. Los 42 municipios de la Sierra Norte corren el riesgo de perder su patrimonio arquitectónico. Las nuevas edificaciones, obras de infraestructura y rehabilitaciones no suelen ser respetuosas con la identidad de la zona.

En un informe redactado por la Comunidad se señala que la Sierra Norte es una zona que en muchos aspectos se mantiene virgen en comparación con la Sierra Centro de Madrid: "La explotación masificada del chalé de segunda residencia todav...

Ventanas de aluminio en vez de madera. Cemento y ladrillo en lugar de piedra. La uralita, que ha sustituido a la pizarra y la teja curva. Los 42 municipios de la Sierra Norte corren el riesgo de perder su patrimonio arquitectónico. Las nuevas edificaciones, obras de infraestructura y rehabilitaciones no suelen ser respetuosas con la identidad de la zona.

En un informe redactado por la Comunidad se señala que la Sierra Norte es una zona que en muchos aspectos se mantiene virgen en comparación con la Sierra Centro de Madrid: "La explotación masificada del chalé de segunda residencia todavía no ha llegado al extremo de impedir que se reconozca la arquitectura popular. Aún no ha hecho de estos pueblos núcleos inmolados al veraneo, al fin de semana, a la urbanización simplista y monótona". Sin embargo, de la redacción posterior se desprende que la amenaza existe y crece. Bustarviejo y Canencia, ambos con alcalde del CDS, son señalados como puntales de la degradación. La Hiruela, Patones, Puebla de la Sierra y Horcajuelo están calificados en general como los municipios con arquitectura mejor conservada.Las segundas residencias son, de todas formas, mayoría. Según datos de 1986, su número se eleva en la zona a 5.800, mientras, que los 15.000 habitantes censados en estos 42 municipios viven en 4.800 viviendas. Bustarviejo, por ejemplo, ve quintuplicada su población (1.135 habitantes) cuando llega el verano. Miguel Ángel Hijano, alcalde de Bustarviejo, no comparte los criterios de la Dirección General de Arquitectura en su catalogación de edificios dignos de ser conservados. "Las casas están para vivir en ellas, y la mayoría de las consideradas interesantes de proteger están abandonadas. No podernos convertir los pueblos en monumentos a tiempos pasados", explica.

Éxodo rural

La Comunidad señala como primer factor en la destrucción del patrimonio el abandono de los edificios por el masivo éxodo rural de hace dos décadas y el cambio de mentalidad que acompaña al posterior regreso a los pueblos: "Quienes retornan a estos pueblos lo hacen con las imágenes foráneas aportadas por la ciudad, que reflejan en sus nuevas construcciones. Sienten vergüenza de sus viejas y míseras casas, que representan para ellos toda la pobreza, frío e incomodidades de antaño. Las abandonan y levantan nuevos edificios con la imagen del anhelado chalé. Esta nueva ideología lleva consigo el desconocimiento de sus valores tradicionales y sus raíces culturales. Termina con cualquier seña de identidad".Rodolfo García-Pablos, director general de Arquitectura, señala, junto a esta causa primera, otras razones: las deficientes normativas urbanísticas y la concesión poco rigurosa de licencias de obras. En cuanto a las obras de infraestructura, explica que a menudo el deseo de modernidad ha llevado a estos pueblos a ser J arrasados por el hormigón y las aceras. Para Hijano, alcalde de Bustarviejo, muchas veces no se acometen rehabilitaciones y obras más acordes con el medio por razones económicas.

La Dirección General de Arquitectura ha organizado una exposición sobre los problemas de la Sierra Norte. La muestra, abierta al público en la sede de la Consejería de Política Territorial, presenta un recorrido gráfico sobre las peculiaridades de la arquitectura de esta zona.