Inductora de asesinato, en régimen abierto
Neus Soldevilla, de 41 años, fue condenada en España a 28 años de cárcel por el asesinato de su esposo, el industrial catalán Juan Vila Carbonell.Juan Vila, de 47 años, murió de un disparo en la cabeza mientras dormía en su finca de Esplús (Huesca) el 28 de junio de 1981.
La familia denunció el crimen como obra de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), pero sus declaraciones contradictorias llevaron a la policía a centrar las investigaciones en los problemas económicos familiares.
Finalmente, la empleada del hogar, Inés Carazo, relató la conspiración f...
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Neus Soldevilla, de 41 años, fue condenada en España a 28 años de cárcel por el asesinato de su esposo, el industrial catalán Juan Vila Carbonell.Juan Vila, de 47 años, murió de un disparo en la cabeza mientras dormía en su finca de Esplús (Huesca) el 28 de junio de 1981.
La familia denunció el crimen como obra de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), pero sus declaraciones contradictorias llevaron a la policía a centrar las investigaciones en los problemas económicos familiares.
Finalmente, la empleada del hogar, Inés Carazo, relató la conspiración familiar para acabar con la vida del industrial.
En el juicio, celebrado en mayo de 1982, sólo se condenó a Neus Soldevila, como inductora, y a sus tres hijos mayores: Juan, a diez años; Luis, a once; y Nieves, a doce años de cárcel. Marisol, la autora material del disparo, y las otras dos hijas no fueron condenadas por ser entonces menores de edad.
Neus, pese a que debía cumplir una pena de 28 años, consiguió en febrero de 1986 la autorización para ausentarse diariamente siete horas de la cárcel de Wad Ras (Barcelona).
En octubre de 1986, se fugó de la prisión, días antes de que fuese anulado por la Audiencia de Huesca el régimen abierto que se le había concedido.
Neus Soldevilla tuvo tiempo de huir desde España hacia Latinoamérica (Colombia y Venezuela) a través de Portugal.
Para ello utilizó un pasaporte falso a nombre de Montserrat Ferrer, el mismo que continuaba utilizando ahora en la capital ecuatoriana. Antes de su estancia en Ecuador se tenían noticias de que había establecido su residencia en Colombia, donde sigue viviendo con documentación falsa.