VÍSPERAS ELECTORALES EN MÉXICO

Ejemplo de los 'yuppies' mexicanos

Pertenece Carlos Salinas a una nueva generación de yuppies mexicanos que él define así: "Tiene orgullo de sus raíces históricas, ve el pasado con gran interés, pero tiene la vista puesta hacia adelante, en transformaciones que coloquen a México en una avanzada mundial, en el umbral no sólo del nuevo siglo, sino del nuevo milenio". Hijo de un hombre del sistema, doctor en Economía por la universidad de Harvard, casado y padre de tres hijos, paladeó ya las mieles del poder como secretario de Programación y Presupuesto.Se resiste a confesarse católico, aunque dice que fue bautizado, hizo l...

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Pertenece Carlos Salinas a una nueva generación de yuppies mexicanos que él define así: "Tiene orgullo de sus raíces históricas, ve el pasado con gran interés, pero tiene la vista puesta hacia adelante, en transformaciones que coloquen a México en una avanzada mundial, en el umbral no sólo del nuevo siglo, sino del nuevo milenio". Hijo de un hombre del sistema, doctor en Economía por la universidad de Harvard, casado y padre de tres hijos, paladeó ya las mieles del poder como secretario de Programación y Presupuesto.Se resiste a confesarse católico, aunque dice que fue bautizado, hizo la primera comunión, se casó por la Iglesia y bautizó a sus hijos. Se pronuncia defensor de la familia, pero cree que el divorcio "es una cuestión normal en las relaciones sociales mexicanas", y afirma que respeta "la libre e informada decisión de cada persona" respecto al aborto.

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Salinas no es partidario de la legalización de las drogas. No fuma, bebe poco, corre entre cinco y diez kilómetros por semana y lee novelas de John Le Carré.

Muchos mexicanos miran con extrañeza el hecho de que los hijos del candidato estudien en una escuela japonesa, donde, según dice, además de aprender el programa de estudios mexicano, "entran en contacto con una cultura diferente, con un abecedario que además requiere ser un artista para poder dibujarlo, que convoca a la sensibilidad, a la perseverancia y al orden".

Tres virtudes que, según quienes le conocen, adornan la personalidad de quien el próximo 1 de diciembre tomará posesión, con casi total seguridad, de la presidencia de México.

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