Gómez Navarro propone un pacto sindical para 1992

Javier Gómez Navarro, secretario de Estado para el Deporte, informó en el Senado sobre Barcelona 92 y mostró su preocupación por la huelga que afecta a las obras del estadio de Montjuïc. "Si España tiene que renunciar a la Copa del Mundo de atletismo de 1989, lo hará, y si los sindicatos son responsables de que no se celebre, tendrán que asumirlo", dijo. En su opinión, habría que plantearse un pacto sindical que evitase que los acontecimientos de 1992 fuesen un instrumento de presión laboral.

"Hay que plantear las cosas como son. Los paños calientes no van a ayudar a resolver los proble...

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Javier Gómez Navarro, secretario de Estado para el Deporte, informó en el Senado sobre Barcelona 92 y mostró su preocupación por la huelga que afecta a las obras del estadio de Montjuïc. "Si España tiene que renunciar a la Copa del Mundo de atletismo de 1989, lo hará, y si los sindicatos son responsables de que no se celebre, tendrán que asumirlo", dijo. En su opinión, habría que plantearse un pacto sindical que evitase que los acontecimientos de 1992 fuesen un instrumento de presión laboral.

"Hay que plantear las cosas como son. Los paños calientes no van a ayudar a resolver los problemas del 92, y tendremos que enfrentarnos cada uno con nuestras responsabilidades. Y cuanto antes lo hagamos, mejor", señaló Gómez Navarro en su comparecencia ante la comisión de Cultura del Senado."Es un placer venir a contar que las cosas van bien, que no hay problemas y que se puede ser bastante optimista, yo diría que muy optimista", dijo en el inicio de su intervención.

Sin embargo, tras hablar de distintos aspectos positivos de la organización, se refirió a la huelga de la construcción que afecta a las obras de remodelación del estadio de Montjuïc: "Los trabajos de infraestructura y de instalaciones se están desarrollando, en general, normalmente, y no hay, ni parece lógico que vaya a haber, ningún problema en los plazos para los Juegos Olímpicos. Sí podrían producirse, en cambio, en el estadio Olímpico, para la Copa del Mundo de atletismo de 1989, si se mantiene la huelga actual".

Las obras de Montjuïc estaba previsto que finalizaran en el primer trimestre del año próximo, pero llevan ya dos meses, al menos, de retraso. "El problema de la huelga no tiene una incidencia directa sobre la olimpiada, porque aún hay tres años de margen, pero sí conviene hacer una reflexión sobre la actitud sindical", dijo Gómez Navarro. "Si lo que está pasando en este momento cabe interpretarlo como un prolegómeno de lo que puede pasar en la olimpiada, podría ser preocupante. Es decir, si los sindicatos pueden llegar a considerar la conversión de las obras olímpicas en el emblema y en el punto álgido de sus reivindicaciones, eso puede ser un drama, no sólo para la olimpiada, sino para todos los acontecimientos que van a celebrarse en España en 1992. Porque, evidentemente, pueden bloquear el país. Imaginemos que eso se plantee no sólo en obras de construcción, sino en controladores aéreos, pilotos, etcétera. Habría que plantearse la búsqueda de un pacto sindical que librase a los acontecimientos del 92 de ser el instrumento básico de presión de los sindicatos".

Servicios mínimos

Para el secretario de Estado es muy discutible que las obras olímpicas puedan considerarse de utilidad pública a fin de aplicar los servicios mínimos. "En cualquier caso", dijo, "la decisión sería competencia de la Generalitat y no parece tampoco una buena solución, porque en cada conflicto no se pueden estar planteando los servicios mínimos. El camino debe ser el acuerdo con los sindicatos", añadió.

Respecto a la Copa del Mundo del año próximo, en caso de que no se pueda celebrar en Barcelona, habría dos alternativas, según Gómez Navarro. Una, intentar que fuese en otra ciudad, lo que es complicado porque no hay ningún estadio en condiciones. Hay también una oferta sorprendente de Jerez, que se compromete a hacer uno de aquí a 1989, pero duda "que sea posible, a pesar del arrojo que tiene su alcalde en tantas cosas, porque muchas no las ha cumplido".

El secretario de Estado, a título personal, responsabiliza a los sindicatos, en caso de que se deba renunciar a la organización.

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