Cartas al director

El impuesto religioso

La página de Bonifacio de la Cuadra sobre la asignación tributaria a la Iglesia (página 25 de EL PAÍS de 4 de junio) ha puesto en crisis una hipótesis que había asumido acríticamente leyendo este diario: mi convicción de que siempre la letra grande de los titulares me resumía fielmente el contenido de la letra pequeña, por lo que en muchas ocasiones podía ahorrarme la lectura de esta última. Esa página me ha despertado de mi ingenuidad: en ella se sostiene ostentosamente una doble verdad escrita con distinta tipografía. La verdad de la letra grande dice: "Profesores, magis...

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La página de Bonifacio de la Cuadra sobre la asignación tributaria a la Iglesia (página 25 de EL PAÍS de 4 de junio) ha puesto en crisis una hipótesis que había asumido acríticamente leyendo este diario: mi convicción de que siempre la letra grande de los titulares me resumía fielmente el contenido de la letra pequeña, por lo que en muchas ocasiones podía ahorrarme la lectura de esta última. Esa página me ha despertado de mi ingenuidad: en ella se sostiene ostentosamente una doble verdad escrita con distinta tipografía. La verdad de la letra grande dice: "Profesores, magistrados, fiscales y otros juristas estiman inconstitucional el impuesto religioso". La letra pequeña cita a cuatro profesores de derecho, de los cuales sólo uno, Diego López Garrido, de la Universidad Autónoma de Madrid, cuestiona la constitucionalidad de esta asignación. ¿Por qué la letra grande sólo destaca la opinión de este profesor, la constituye en representativa de los demás profesores y silencia descaradamente las opiniones contrarias de Jaime García Añoveros, catedrático de Hacienda Pública en la universidad de Sevilla; César Albiñana, catedrático de Hacienda de la Universidad Complutense, y Luis María Cazorla Prieto, profesor de derecho financiero y tributario de la Complutense? A falta de otra explicación, mi respuesta inmediata y desalentadora es la siguiente: el periodista ha considerado más destacable y representativa la opinión que más se acerca a la suya, aunque sólo haya encontrado un profesor que la sostenga.-

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