SANIDAD

Hospitales públicos y privados españoles compiten en una 'guerra de fichajes' de médicos prestigiosos

Dos hospitales de la Comunidad de Madrid, el Gregorio Marañón y el Niño Jesús, han fichado a cinco prestigiados médicos. El Primero de Octubre ha conseguido al mejor cirujano cardiaco del Ramón y Cajal. La clínica de la universidad de Navarra ha captado al experto en trasplantes hepáticos de Puerta de Hierro. Y un reputado cardiólogo del Valdecilla se fuga a un centro saudí. Lo novedoso es que los hospitales públicos han entrado en esta guerra de fichajes y recurren a los métodos de centros privados. "Se elige al mejor, y punto. Ni concurso ni oposición". Estas acciones han sido calificadas de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Dos hospitales de la Comunidad de Madrid, el Gregorio Marañón y el Niño Jesús, han fichado a cinco prestigiados médicos. El Primero de Octubre ha conseguido al mejor cirujano cardiaco del Ramón y Cajal. La clínica de la universidad de Navarra ha captado al experto en trasplantes hepáticos de Puerta de Hierro. Y un reputado cardiólogo del Valdecilla se fuga a un centro saudí. Lo novedoso es que los hospitales públicos han entrado en esta guerra de fichajes y recurren a los métodos de centros privados. "Se elige al mejor, y punto. Ni concurso ni oposición". Estas acciones han sido calificadas de "opas hostiles" por algún directivo hospitalario y recibidas con malestar por profesionales de los centros receptores.

Ramón Arcas es uno de los fichados por el Gregorio Marañón. Era jefe de cirugía cardiovascular y torácica en la clínica, privada, universitaria de Navarra, donde realizó 5.000 operaciones a corazón abierto, 30 trasplantes cardiacos y "los dos únicos trasplantes de corazón y pulmón hechos en España". Explica que ha fichado no tanto por razones económicas -ahora cobra 471.000 pesetas netas, con una retención de un 5%-, como profesionales. Reta a quienes se oponen a estas contrataciones directas a que apuesten por esta fórmula: "Yo también me la juego con este contrato, si dentro de tres años no gusta mi trabajo, a la calle. Hago una oposición cada día".El Gregorio Marañón también ha recuperado a figuras formadas en este centro, del que son funcionarios, como Juan Navia y Carlos Cortés. Navia trabajaba en la clínica privada madrileña La Luz como jefe de anestesia y reanimación del servicio de cirugía cardiovascular.

Navia rehúsa precisar cuánto ganaba en la medicina privada y lo que percibirá ahora. Su repesca le ha catapultado a dedo desde jefe clínico por oposición a jefe de departamento, lo que implica mayor salario, rango y variedad de enfermos. Elogia que la dirección no le ha exigido que renuncie a la actividad privada y el estilo de trabajo a la americana impuesto: "Planteo los medios que necesito y enseguida se me dan". A Cortés, que trabajaba en el hospital de la Cruz Roja, se le ha encomendado la dirección del departamento de oftalmología. Niega que su motivación sea económica -"gano más o menos igual"-, aunque reconoce que el nuevo puesto tiene mayor peso, y, desde luego, supera al que obtuvo por oposición.

Tomás Epeldegui es uno de los médicos robados a la residencia estatal de La Paz por el hospital del Niño Jesús, ambos en Madrid. Ha pasado de jefe de sección a jefe de servicio en funciones de traumatología. El salto, dice, sólo le ha proporcionado 10.000 pesetas más al mes, pero ha visto halagada su "vanidad profesional". El otro especialista captado en la Paz es Francisco Villarejo. Allí era jefe de sección de neurocirugía, y la dirección del Niño Jesús, que le considera el "mejor neurocirujano pediátrico de España", le ha aupado a jefe de servicio de esta especialidad. "No le podíamos ofrecer dinero, pero sí desarrollar una labor".

Recelos

En La Paz, algún responsable amoscado por la proliferación de fichajes, preguntó a directivos del Niño Jesús: "¿Va a haber más opas hostiles?". La dirección del Niño Jesús reconoce que estos fichajes levantaron recelos en médicos del centro que consideraban que la plaza debía ser suya por méritos o antigüedad, aunque no faltan quienes estiman que figuras así prestigian al hospital.Javier Álvares Cienfuegos, especialista en trasplantes hepáticos de la clínica estatal Puerta de Hierro, se va "por motivación profesional y una remuneración digna" a la clínica de la Universidad de Navarra. Y el gerente del Primero de Octubre, José María Rivera, ha fichado ya al jefe del servicio de cirugía cardiaca del Ramón y Cajal -ambos hospitales madrileños estatales-, Luis Rufilanchas, con el que desarrollará un programa de alta cirugía y trasplantes de corazón. Rivera entiende que "los hospitales públicos están entrando a competir lealmente entre ellos", y asegura que Rufilanchas no ganará más dinero, pero sí medios y apoyo de la dirección. Con este fichaje, dice, el hospital se pondrá a la cabeza de la sanidad en Europa en muchos aspectos.

Finalmente, Carlos Gómez Durán, experto en trasplantes cardíacos, deja por "frustración profesional" el hospital estatal santanderino de Valdecilla para ir a una clínica saudí, donde ganará "mucho".

Algunos médicos y directores de hospitales coinciden en la necesidad de buscar fórmulas más ágiles de contratación, obviando la clásica oposición y subsiguiente plaza vitalicia. Esta vía clásica, dicen, no garantiza hacerse con el número uno de cada especialidad y promueve la desmotivación de los aspirantes al puesto, cuya desesperanza es proporcional a la esperanza de vida del titular.

Archivado En