Cartas al director

La Invencible

El señor Richard Ormond, director del Museo Marítimo Nacional de Greenwich, se queja de la ambigüedad española en la celebración de la derrota de la Armada Invencible (EL PAÍS, 20 de abril de 1988). Desafortunadamente, sus objeciones son fundadas. La falta de participación entusiasta en una celebración histórica de tanta trascendencia induce a pensar que el fracaso de la invasión española de Inglaterra en 1588 todavía despierta recuerdos amargos en nuestro país.Sin embargo, una reflexión más objetiva debería llevarnos a los españoles a considerar el aniversario de la victoria inglesa como una ...

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El señor Richard Ormond, director del Museo Marítimo Nacional de Greenwich, se queja de la ambigüedad española en la celebración de la derrota de la Armada Invencible (EL PAÍS, 20 de abril de 1988). Desafortunadamente, sus objeciones son fundadas. La falta de participación entusiasta en una celebración histórica de tanta trascendencia induce a pensar que el fracaso de la invasión española de Inglaterra en 1588 todavía despierta recuerdos amargos en nuestro país.Sin embargo, una reflexión más objetiva debería llevarnos a los españoles a considerar el aniversario de la victoria inglesa como una efeméride digna de celebración en España. La derrota de la armada fue una manera rápida y relativamente poco costosa de poner fin a un plan que, de cualquier forma, estaba llamado al desastre. A pesar de que una victoria española no estaba fuera de lo posible, la situación contrafactual a la que hubiese dado lugar habría sido catastrófica.

La apertura de un segundo frente en el norte de Europa -al mismo tiempo que la Corona se empeñaba en un conflicto sin futuro en Flandes- hubiese iniciado una guerra que España nunca habría podido ganar. El coste demográfico adicional hubiese sido incalculable, pero además los efectos negativos sobre la hacienda pública y el comercio colonial y europeo hubiesen contribuido a hacer aún peor la crisis económica de la época, que de por sí era ya devastadora.

Los pueblos deberían celebrar no sólo sus logros y victorias, sino también la evitación de catástrofes. La derrota de Medina Sidonia por Drake en 1588 nos ofrece a los españoles 400 años más tarde una oportunidad irrepetible de celebrar conjuntamente un paso adelante en la historia de ambas naciones.-

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Department of Economics, Trinity University.

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