Cartas al director

Humo de los demás

Debo confesar que mi mente no logra comprender cómo otras, claras y con autoridad moral para opinar y peso para influir sobre la sociedad, se hayan puesto a decir tal sarta de insensateces en relación con la campaña antitabaco, y, lo que es peor, descalificar las razones médicas, económicas y sociales que aconsejan la misma. ¿0 me habrá afectado ya esa enfermedad denominada enfisema de los que nublan?, tan bien expuesta por el doctor Vázquez Montalbán en EL PAÍS del día 18 de abril.Hay que admitir que el humo de los demás molesta, y ciertos humos más que otros, porque ¡hay que ol...

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Debo confesar que mi mente no logra comprender cómo otras, claras y con autoridad moral para opinar y peso para influir sobre la sociedad, se hayan puesto a decir tal sarta de insensateces en relación con la campaña antitabaco, y, lo que es peor, descalificar las razones médicas, económicas y sociales que aconsejan la misma. ¿0 me habrá afectado ya esa enfermedad denominada enfisema de los que nublan?, tan bien expuesta por el doctor Vázquez Montalbán en EL PAÍS del día 18 de abril.Hay que admitir que el humo de los demás molesta, y ciertos humos más que otros, porque ¡hay que oler para creer!, y en ciertos lugares peor que en otros, porque, vamos a ver, ¿a quién no le molesta recibir los efluvios de un puro en plena degustación de un boeuf bourguignon, por poner un ejemplo? Y sería ridículo discutir sobre los placeres que ocasiona inhalar los humos de un buen tabaco luego de esa degustación, pero ¿da eso derecho a estropearle la comida al que ha llegado después?

Las malas costumbres, por antiguas, están tan arraigadas que rebelarse contra ellas invita a la mirada con soma y comentarios sarcásticos, pero ahora, con la muerte de la dictadura, el advenimiento de la democracia, nuestra europeización y un indiscutible mejor nivel de vida que nos permite refinar nuestros gustos y apuntar a una vida mejor, es lógico que ya no nos conformemos sólo con no tener que oler las ventosidades de los demás, y exijamos hoy menos halitosis, menos sobacosis, y lógicamente menos tabacosis.

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Creo en las bondades de la liberalización de las drogas, pero sólo ligada a una campaña informativa seria, clara y exhaustiva que permita al consumidor conocer de antemano los perjuicios a que se expone, y esta especie de anticampaña antitabaco no contribuye a este propósito.-

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