La Prensa soviética reconoce que la huelga paralizó la capital de Nagorno-Karabaj

La producción de la ciudad de Stepanokert (la capital de la región de Nagorno-Karabaj) fue paralizada el pasado sábado por una huelga que sólo dejó al margen los sectores esenciales, según informaba ayer la Prensa soviética, que insistía en considerar "normal" la situación reinante en esa misma fecha en Eriván y Bakú, capitales de Armenia y Azerbaiyán, respectivamente.

El día 26 había sido convocada unajornada de protesta en Eriván, con el objeto de forzar al poder central soviético a ceder a las demandas de unir Nagorno-Karabaj a Armenia. Los resultados de esa jornada eran ayer confuso...

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La producción de la ciudad de Stepanokert (la capital de la región de Nagorno-Karabaj) fue paralizada el pasado sábado por una huelga que sólo dejó al margen los sectores esenciales, según informaba ayer la Prensa soviética, que insistía en considerar "normal" la situación reinante en esa misma fecha en Eriván y Bakú, capitales de Armenia y Azerbaiyán, respectivamente.

El día 26 había sido convocada unajornada de protesta en Eriván, con el objeto de forzar al poder central soviético a ceder a las demandas de unir Nagorno-Karabaj a Armenia. Los resultados de esa jornada eran ayer confusos, a tenor de las distintas informaciones que llegaban a Moscú.Eriván estaba el sábado bajo el control del Ejército soviético, apoyado por carros de combate, pero la población continuó sus quehaceres cotidianos y las tiendas y los teatros estaban abiertos, según los medios de comunicación centrales. La televisión soviética mostró a gente en la vía pública y en los parques de Eriván, pese a que medios disidentes habían mantenido que la ciudad se había convertido en un enclave muerto.

El diario Pravda, órgano central del PCUS, informaba de la difusión de octavillas en Eriván, firmadas por el comité de Karabaj, el organismo que dirigió las manifestaciones multitudinarias del pasado febrero. Este comité ha sido declarado ilegal, por "no estar en concordancia con la Constitución" de Armenia, "haber adquirido un carácter político perjudicial" e "ir en contra de los intereses de la población". Igual suerte ha corrido el comité de Stepanokert (Krunk), cuyo fin es la unión de Nagorno-Karabaj, adscrita al territorio de Azerbaiyán, a Armenia.

"La mayoría" de las empresas de Stepartokert estuvieron paradas el sábado, señalaba Pravda, para quien una "calma relativa" reinaba en dicha ciudad. Izvestia, el órgano del Gobierno soviético, afirmaba que "las empresas de la ciudad estaban paradas, con.excepción de las esferas vitales: fabricación de pan, industria láctea, transporte y suministro de agua".

La crisis de la glasnot (transparencia informativa), que ha provocado en Stepanokert el tratanúento informativo dado por la Prensa central a los sucesos allí ocurridos, era abordada por Izvestia. Un corresponsal del periódico comprobaba que muchos de los habitantes de la ciudad se negaban a responder a sus preguntas como muestra de protesta.

El acceso a la ciudad de Stepanokert está rigurosamente controlado y el programa de desarrollo socioeconómico de Nagorno-Karabaj no ha sido acogido "del mismo modo" por todo el mundo, afirmaba Izvestia. El programa en cuestión, publicado la semana pasada, ha sido la respuesta de Moscú a las reivindicaciones nacionalistas locales y prevé una inversión extraordinaria de 400 millones de rublos en la zona.

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El diario Sozialistisheskaia Industria daba algunos detalles del pogromo llevado a cabo en Sunigait, un centro químico al norte de Bakú, el 28 de febrero, donde, según los datos oficiales, murieron 32 personas. La policía, contaba el diario, perdió el control de la ciudad y los colectivos laborales "actuaron prácticamente de forma independiente, por su cuenta y riesgo, y hubiera sido difícil prever la enormidad de la tragedia si no se hubieran llevado tropas a la ciudad".

Lo que sucedía en las calles era "repugnante", contaba un obrero de una fábrica de aluminio. Ismail Aliev, el director del servicio de orden de la fábrica, era elogiado por su valor en aquella noche dominada por bandas armadas con piedras, tubos de hierro y vidrios. Aliev salvó a 36 obreros armenios de la empresa desplazándose, armado con una pistola y disfrazado de médico de urgencias, según el periódico.

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