Tribuna:

'Symploké'

Por fin puedo titular la columna en griego. Estuve a punto de lograrlo cuando perpetraron aquel idiota atentado contra el profesor Lledó, que me enseñó a leer el presente en los Diálogos de Platón. Pero llegué tarde. Ahora, sí. Las autoridades universitarias socialistas atacan de nuevo, y desde la misma imbecilidad filosófica que entonces. El ministerio del ramo acaba de prohibirle al profesor Bueno un libro del BUP titulado así, Symploké.El término es de Platón, y expresa conexión entre las ideas. Lo acuñó el de Atenas para refutar las dos filosofías dominantes de su época. Idea...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Por fin puedo titular la columna en griego. Estuve a punto de lograrlo cuando perpetraron aquel idiota atentado contra el profesor Lledó, que me enseñó a leer el presente en los Diálogos de Platón. Pero llegué tarde. Ahora, sí. Las autoridades universitarias socialistas atacan de nuevo, y desde la misma imbecilidad filosófica que entonces. El ministerio del ramo acaba de prohibirle al profesor Bueno un libro del BUP titulado así, Symploké.El término es de Platón, y expresa conexión entre las ideas. Lo acuñó el de Atenas para refutar las dos filosofías dominantes de su época. Ideas entrelazadas contra el monismo de los espiritualistas y contra la pluralidad discontinua del atomismo, el todo vale de los escépticos. La symploké platónica defendía la compleja relación de cada idea con todas las demás, y también la independencia de alguna de ellas. Y como Emilio Lledó, aunque más radical y por la vía materialista, Bueno quiso regresar a Platón en tiempos justamente dualizados por el espiritualismo duro y el escepticismo blando. O como se dijo en un reciente coloquio del Beaubourg, los intelectuales y artistas de hoy sólo se dividen en dos bandos: los chercheurs de Dieu y los entertainers.

Que no me vengan las autoridades del PSOE con justificaciones didácticas o burocráticas. Sólo sé que durante el año triunfal macroeconómico iniciaron la caza de brujas platónicas. Subvencionan a los entertainers del todo vale para maquillar el vacío cultural y persiguen a los escasos adversarios del escepticismo y la mística. Festejan la Ilustración de Carlos III, pero censuran a los que todavía trabajan la razón. Expulsan de su ciudad a filósofos de raza platónica y coronan como filósofos a los líricos que Platón desterró de su ciudad. ¿De dónde les viene a nuestros socialistas tanto antiplatonismo? Muy fácil. Primero renuncian a Marx para sacudirse las contradicciones ideológicas. Luego, a Kant, por aquello tan útil de la muerte posmodema de la razón y el progreso. Sólo les faltaba el Platón que inventó las ideas y después las ensortijó.

Archivado En