Cartas al director

Sucedáneo de ópera

A ritmo de batería pop, y con el pretexto de difundir la ópera y hacerla más accesible, Luis Cobos vuelve a torturarnos con su elepé Tempo d'Italia.

Eso no es ópera, es un sucedáneo. Es como el coloreado de las películas clásicas en blanco y negro. Los colorines, imuchas veces, estropean la fotografía, trivializan la historia que se cuenta y traicionan la idea original del director que la filmó. Claro que estas películas se venden mejor.

La de Cobos es una música coloreada y vendible, pero no creará afición al bel canto porque nada tiene que ver...

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A ritmo de batería pop, y con el pretexto de difundir la ópera y hacerla más accesible, Luis Cobos vuelve a torturarnos con su elepé Tempo d'Italia.

Eso no es ópera, es un sucedáneo. Es como el coloreado de las películas clásicas en blanco y negro. Los colorines, imuchas veces, estropean la fotografía, trivializan la historia que se cuenta y traicionan la idea original del director que la filmó. Claro que estas películas se venden mejor.

La de Cobos es una música coloreada y vendible, pero no creará afición al bel canto porque nada tiene que ver con él.

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Además, las grabaciones de Luis Cobos son instrumentales, y la ópera es partitura y libreto, música y voz, y esto es inseparable. Luis Cobos tiene un mérito, el de saber venderse. Yo, después de escuchar su último elepé, he deseado ser sordo.-

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