El humo ciega sus ojos

Cada vez que se da una calada a un cigarrillo aumenta la frecuencia cardiaca, sube la tensión sanguínea y las arterias sufren un espasmo momentáneo; disminuye la capacidad de captación de oxígeno en los pulmones y el riesgo de trombosis se incrementa. Todo ello a causa de la nicotina y del monéxido de carbono, dos de los componentes del humo del tabaco.Cerca de 60.000 personas mueren anualmente en España por causas relacionadas con el hábito de fumar. Y de los fallecimientos debidos al carcinoma broncopulmonar, -el más frecuente entre los varones-, más de un 90% se debe a esta toxicomanía. Son...

Cada vez que se da una calada a un cigarrillo aumenta la frecuencia cardiaca, sube la tensión sanguínea y las arterias sufren un espasmo momentáneo; disminuye la capacidad de captación de oxígeno en los pulmones y el riesgo de trombosis se incrementa. Todo ello a causa de la nicotina y del monéxido de carbono, dos de los componentes del humo del tabaco.Cerca de 60.000 personas mueren anualmente en España por causas relacionadas con el hábito de fumar. Y de los fallecimientos debidos al carcinoma broncopulmonar, -el más frecuente entre los varones-, más de un 90% se debe a esta toxicomanía. Son los alquitranes, relacionados con lafuerza del cigarrillo, los que tienen poder carcinogenético, sobre el aparato respiratorio, el principal cliente del tabaco desde el punto de vista patológico. Relacionados con este hábito están el enfisema pulmonar, el carcinoma de larmge y la bronquitis crónica. Se estima que tres de cada cuatro muertes por esta última enfermedad se deben al consumo de tabaco.

Infartos

Un hombre menor de 45 años que fume más de 25 cigarrillos diarios tiene una probabilidad 15 veces mayor de morir de un ataque cardiaco que otro que no fume. El tabaco es uno de los principales factores de riesgo en las enfermedades cardíovasculares, como son la arteriosclerosis generalizada, la angina de pecho, infarto de miocardio y accidentes cerebrales vasculares.

Según los investigadores, tumores aparentemente poco relacionados con el hábito de fimar, como el cáncer de páncreas o el de vejiga, ven su frecuencia incrementada sígnificativamente en los consumidores de tabaco. Sin llegar tan lejos, cualquier persona que lleve fumando algunos años tiene síntomas variados, que van desde la fatiga prematura en la práctica deportiva o al subir escaleras hasta la tos matutina, pasando por sensaciones vertiginosas y embotamiento cerebral.

Por el contrario, quien fuma obtiene algunas gratificaciones: tras una buena comida, durante una espera o en un momento angustioso, se enciende un cigarrillo. El pequeño cilindro proporciona seguridad y, entonces, el fumador puede recrearse, con cierta sensación de alivio, en el sabor y el aroma del tabaco.

Los médicos han determinado que, si se fuma conduciendo, la percepción visual se reduce hasta en un 20%, por la fatiga ocular y el humo concentrado en el habitáculo. Lo mismo que en la canción.