ROH TAE WOO

Un buen oyente coreano

"Tengo las orejas grandes para poder escuchar todas las opiniones", ironiza Roh Tae Woo, el nuevo presidente de Corea del Sur, cuando comenta las opiniones populares que despierta su físico. Desde el pasado jueves, este militar controvertido es el decimotercer presidente de la República de Corea del Sur. En realidad, Roh Tae Woo parece haber sido un atento oyente de su amigo Chun Doo Hwan, el presidente saliente, con quien le unen profundos lazos de amistad.Tras el asesinato del presidente Park Chung Hee, en octubre de 1979, el general Chun Doo Hwan derrocó militarmente al presidente interino....

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"Tengo las orejas grandes para poder escuchar todas las opiniones", ironiza Roh Tae Woo, el nuevo presidente de Corea del Sur, cuando comenta las opiniones populares que despierta su físico. Desde el pasado jueves, este militar controvertido es el decimotercer presidente de la República de Corea del Sur. En realidad, Roh Tae Woo parece haber sido un atento oyente de su amigo Chun Doo Hwan, el presidente saliente, con quien le unen profundos lazos de amistad.Tras el asesinato del presidente Park Chung Hee, en octubre de 1979, el general Chun Doo Hwan derrocó militarmente al presidente interino. Fue el general Roh Tae Woo, por entonces comandante general de la IX División de infantería, quien decidió mover los tanques en respaldo del amigo de academia y golpista Chun, que no contaba, al parecer, con el apoyo total del resto del estamento militar. Entonces comenzó la carrera meteórica de Roh, siempre bajo la sombra de Chun, ocupando puestos claves en el Ejército, hasta retirarse, en julio de 1981, para convertirse finalmente en jefe del partido del poder y candidato presidencial.

Roe Tae Woo fue el hombre que desde el poder ofreció un plan de ocho puntos, el 29 de junio de 1987, como promesa hacia una transición democrática cuyos primeros pasos se cumplieron con la aprobación de una nueva Constitución -aprobada por referéndum en octubre pasado- y la celebración de una elección presidencial directa, realizada el 16 de diciembre de 1987, en la que Roh consiguió el 36,7% del electorado.

Las divisiones de la oposición, por el protagonismo y las ambiciones políticas de los denominados dos Kim, el radical Kim Dae Jung y el moderado Kim Young Sam, favorecieron la victoria de Roh.

Cordialidad

"Deben creer firmemente en la seriedad de mis reformas", dijo recientemente el presidente Roh al recibir al cuerpo diplomático, en un renovado ambiente de cordialidad. No le faltó a Roh ni siquiera el detalle de ofrecer disculpas por la oleada de gases lacrimógenos que inundaron el país el pasado junio. Los gases, dijo, "habían sido la pimienta para llegar a la democracia".Es una democracia prometida por Roh en su discurso inaugural, pero de la que parecen dudar sus adversarios políticos, en particular Kim Dae Jung, que califica a Roh de "presidente impostor" y de "correa de transmisión" del anterior Gobierno, tecnócrata militar.

Sin embargo, Kim Dae Jung -que probablemente unirá sus fuerzas políticas a las de Kim Young Sam para las elecciones legislativas del próximo mes de abril- reconoce que la realidad política exige ahora dar un margen de confianza a Roh "para ver hasta qué punto cumplirá sus promesas de democratización".

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De lo contrario, la oposición promete nuevos días duros para Corea del Sur, aunque parece haber un consenso tácito entre poder y oposición para una tregua política, por lo menos hasta pasados los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en Seúl del 17 de septiembre al 2 de octubre de este año.

Pero Roh parece contar con un margen de confianza importante, sobre todo si demuestra que su capacidad de escucha le sirve para actuar en pro del clamor de 42 millones de surcoreanos que piden que el milagro económico de su país -convertido en la 12ª potencia exportadora del mundo- se acompañe de un segundo milagro democrático.

Roh promete libertad de Prensa, reforma regional, menor control policial, libertad para los detenidos políticos y un amplio programa de reconciliación nacional.

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