La incorporación de Emilio Castro a la ejecutiva de UGT refuerza la línea de Nicolás Redondo

El comité confederal de UGT eligió ayer, por unanimidad, a Emilio Castro como nuevo responsable de acción institucional del sindicato. Sustituye a Justo Zambrana, que dimitió del cargo en noviembre pasado, optando por no compatibilizar esa responsabilidad con la de diputado del partido socialista. Castro, a su vez, renunció al escaño de senador del PSOE , un mes después de que lo hicieran Nicolás Redondo y Antón Saracíbar en sus puestos de diputados por discrepancias con los Presupuestos Generales del Estado. La central sindical aprobó también la estrategia para los convenios de este año.
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El comité confederal de UGT eligió ayer, por unanimidad, a Emilio Castro como nuevo responsable de acción institucional del sindicato. Sustituye a Justo Zambrana, que dimitió del cargo en noviembre pasado, optando por no compatibilizar esa responsabilidad con la de diputado del partido socialista. Castro, a su vez, renunció al escaño de senador del PSOE , un mes después de que lo hicieran Nicolás Redondo y Antón Saracíbar en sus puestos de diputados por discrepancias con los Presupuestos Generales del Estado. La central sindical aprobó también la estrategia para los convenios de este año.

El nombramiento de Emilio Castro como secretario de acción institucional, aprobado por unanimidad, completa una ejecutiva sin fisuras en torno a Nicolás Redondo. Su candidatura fue propuesta por la ejecutiva confederal y viene a ocupar el hueco dejado por Justo Zambrana, quien se había identificado más con las tesis del Gobierno y del partido socialista que con la estrategia del sindicato. Castro, 38 años, dimitió como senador del PSOE en noviembre del año pasado en solidaridad con una decisión similar adoptada un mes antes por Redondo y Sarácibar, quienes renunciaron a sus escaños por no estar de acuerdo con capítulos importantes de los Presupuestos Generales del Estado como los referidos a aumentos de las pensiones y de los salarios de los funcionarios. Castro hasta ahora era el secretario provincial de la UGT de Ciudad Real..

Carta a Moncloa sin respuesta

El sindicato socialista defenderá en la próxima negociación colectiva incrementos salariales del 6% Por ello recomienda que se renegocien los pactos firmados con incrementos del 3,6% y el 3,9%. Acuerdos con esos aumentos se suscribieron el año pasado, con vigencia para 1988, en el sector privado y público y en el convenio general del metal. Nicolás Redondo manifestó ayer que, aquellos que los han firmado, deben estudiar los resquicios que hay para retomar la negociaciones y acercar la subida salarial al objetivo del 6%.

La resolución en la que se fijan las líneas generales para la negociación colectiva fue aprobada con tan solo dos abstenciones de dos dirigentes de la federación de químicas. Además del incremento del 6%, se pondrá el acento en reclamar reducción de jornada hasta las 38 horas semanales, con la finalidad de repartir el trabajo.

En el comité confederal de ayer, máximo órgano de decisión del sindicato entre congresos, se analizó la política de concertación y el fracaso de las últimas negociaciones. Redondo recordó que el año pasado miembros del Gobierno dijeron que con los aumentos salariales que pedía la UGT -entre el 5% y el 7%- no se podría cumplir el objetivo de inflación, cuando el IPC real ha quedado en. el 4,6%. Por ello, Redondo reclama "una cierta honestidad intelectual" y se pregunta quiénes son los responsables de la ruptura del diálogo social, la conflictividad y de que se hayan agudizado las tensiones entre el Gobierno y el movimiento sindical.

La Unión General de Trabajadores sigue creyendo en la política de concertación y ha dirigido dos cartas al presidente del Gobierno reclamando la apertura de negociaciones sobre empresa pública y una ley para canalizar los beneficios empresariales a la creación de empleo, mediante fondos de inversión.

Esas dos cartas no han tenido aún respuesta. Para el máximo dirigente de UGT "crea cierta amargura que no merezcan ni un acuse de recibo". En su opinión, el Gobierno puede rentabilizar el acuerdo sobre las bases o la lucha contra el terrorismo, pero entiende que un sindicato está constreñido a su ámbito de defensa de los trabajadores y a la negociación de cuestiones como la cobertura de los parados o la precarización de la contratación temporal. Redondo cree que "debe sonrojar a cualquiera" que sólo el 1,8% de los contratos registrados en los dos últimos años sean indefinidos.

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