La dimisión de ministro de Hacienda acentúa la debilidad del Gobierno de Sarney en Brasil

El dimitido ministro de Hacienda de Brasil, Luis Bresser Pereira, afirmé ayer que su salida del Gabinete de José Samey se debió básicamente a la debilidad del Gobierno, mucho más preocupado con su duración que con los problemas del país". En las últimas semanas, Bresser Pereira intentó imponer una reforma fiscal que aumentaba los impuestos sobre el capital. La Prensa filtró algunas de las medidas pretendidas, lo que provocó una espectacular fuga de capitales.

Bresser Pereira, un oscuro profesor universitario, ha permanecido al frente del Ministerio de Hacienda 258 días. Su salida ocurre...

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El dimitido ministro de Hacienda de Brasil, Luis Bresser Pereira, afirmé ayer que su salida del Gabinete de José Samey se debió básicamente a la debilidad del Gobierno, mucho más preocupado con su duración que con los problemas del país". En las últimas semanas, Bresser Pereira intentó imponer una reforma fiscal que aumentaba los impuestos sobre el capital. La Prensa filtró algunas de las medidas pretendidas, lo que provocó una espectacular fuga de capitales.

Bresser Pereira, un oscuro profesor universitario, ha permanecido al frente del Ministerio de Hacienda 258 días. Su salida ocurre en el momento en que Brasil estaba a punto de firmar un acuerde con los bancos acreedores para refinanciar los 4.500 millones de dólares a que ascienden los servicios e intereses de su deuda externa en 1987. De ese total, Brasil entraría con 1.500 millones, y los bancos, con el resto, a través de nuevos créditos. Brasil decretó una moratoria el pasado mes de febrero. Bresser Pereira la había suspendido hace un mes a cambio del compromiso de pagar esa parcela de los servicios e intereses atrasados.La salida de Bresser Pereira -el tercer ministro de Hacienda en abandonar el Gobierno de Sarney- tuvo repercusiones inmediatas. Los bancos internacionales postergaron la firma del acuerdo con Brasil, mientras que empresarios, políticos y dirigentes sindicales brasileños afirmaban que un cambio de ministros no ofrece ninguna perspectiva de solución a la gravísima crisis económica que sufre el país.

La inflación ha llegado este año, oficialmente, al 370%, si bien instituciones privadas y economistas independientes aseguran que la inflación real fue aún más elevada. En los últimos ocho meses, el trabajador brasileño ha visto cómo su poder adquisitivo descendía en un 50%.

En las últimas semanas, Bresser Pereira había intentado imponer una reforma fiscal, pero algunas de las pretendidas medidas fueron filtradas a la Prensa, lo que provocó una espectacular fuga de capitales. Grandes inversionistas, temiendo impuestos sobre las ganancias de capital, se dedicaron a comprar oro y dólares. En las últimas dos semanas, la moneda norteamericana ha aumentado en un 15% su valor en el mercado paralelo. Negociantes de divisas afirmaron que por lo menos 800 millones de dólares han salido ilegalmente de Brasil en los últimos 40 días.

La negativa de Sarney a promover cortes drásticos en el gasto público -el déficit fiscal este año supera el 6% del producto interior bruto, nivel inaceptable para los acreedores internacionales- y en imponer tasas elevadas en los impuestos sobre el capital, fueron la gota final para Bresser Pereira.

Al asumir el ministerio, el pasado 29 de abril, Bresser Pereira anunció un ambicioso programa para controlar la inflación y el déficit público. En junio decretó un nuevo congelamiento de precios y salarios que duró tres meses. El único resultado real fue la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.

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