UGT pide a Felipe González una ley para que el excedente empresarial se invierta

El secretario general de la UGT, Nicolás Redondo, ha enviado una carta al presidente del Gobierno en la que pide una ley para que los beneficios empresariales se dirijan a inversión productiva, dado que no se pueden poner en marcha mediante la negociación con los empresarios. Asimismo solicita a Felipe González mayor precisión del contenido y alcance de su propuesta para que se formen esos fondos de inversión con la doble finalidad de cambiar el sentido de la distribución de la renta y que los beneficios empresariales se dirijan más a la inversión productiva que al consumo.

Nicolás Redo...

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El secretario general de la UGT, Nicolás Redondo, ha enviado una carta al presidente del Gobierno en la que pide una ley para que los beneficios empresariales se dirijan a inversión productiva, dado que no se pueden poner en marcha mediante la negociación con los empresarios. Asimismo solicita a Felipe González mayor precisión del contenido y alcance de su propuesta para que se formen esos fondos de inversión con la doble finalidad de cambiar el sentido de la distribución de la renta y que los beneficios empresariales se dirijan más a la inversión productiva que al consumo.

Nicolás Redondo comunica a Felipe González que la UGT ha recibido con interés sus manifestaciones apoyando la puesta en marcha de los fondos de inversion generadores de empleo y le recuerda que no es una cuestión nueva para el sindicato, ya que figura en las resoluciones de sus congresos, y desde 1980, en el primer acuerdo interconfederal, intenta que el sacrificio de los trabajadores y el ajuste se oriente hacia el saneamiento de las empresas y la creación de empleo.En el acuerdo con la patronal CEOE de 1980 se pactó la distribución de las mejoras de rentabilidad obtenidas por aumento de productividad. El dirigente de UGT afirma que el camino de la negociación colectiva no ha sido eficaz, ya que se ha producido el sacrificio de los trabajadores, pero no el control de los beneficios.

Este sindicato asegura que ya demostró claramente su voluntad firmando la creación de un fondo de solidaridad en el AES (Acuerdo Económico y Social) en 1984 y piensa continuar en la línea de moderación salarial si se asegura el control en la orientación de los excedentes empresariales. No obstante cree que, por la experiencia internacional, ello no será posible si el poder político no lo hace factible ejerciendo su facultad de iniciativa legislativa. "Esta es la línea divisoria", afirma Redondo en su carta, "que ha diferenciado en Europa los proyectos socialdemócratas de las simples afirmaciones de la derecha en favor de una mayor integración de los trabajadores en la empresa".

La diferencia, según el máximo dirigente de UGT, entre fórmulas de ahorro propiciadas y gestionadas por los empresarios, con sistemas solidarios de inversión colectiva, la ha marcado siempre la voluntad política de los gobiernos socialistas o socialdemócratas para llevarlos a efecto. A título de ejemplo, Redondo recuerda los fondos de asalariados de Suecia, implantados con una ley que propulsó el Gobierno socialdemócrata en 1982.

La UGT, además, asegura que hay que tener en cuenta otros elementos de redistribución más prioritarios que los fondos de inversión para eliminar las desigualdades, tales como la creación de empleo, la fiscalidad y la protección social.

Distribución más equitativa

El dirigente sindical reitera al presidente del Gobierno que la UGT está de acuerdo con la implantación de alguna forma de fondos de inversión de los beneficios empresariales que, con la mira puesta en luchar contra la concentración del poder y la riqueza, tendrían como efectos combatir el paro, consolidar políticas salariales solidarias, conseguir aumentos reales de los salarios y reducir la inflación.Nicolás Redondo quiere conocer el papel que va a jugar el Gobierno en la implantación de un sistema de fondos de inversión y pide a Felipe González mayor precisión del contenido y alcance de su propuesta dada a conocer en muchas de sus últimas intervenciones públicas e incluso si existe algún calendario previsto. Redondo ofrece al jefe del ejecutivo la más plena colaboración de UGT y considera positivo que el presidente haya reconocido la injusta distribución de la renta. Según los datos del sindicato socialista, la participación de la remuneración de los asalariados en la renta interior bruta ha descendido desde el 54,9% en 1979, al 46,1 % en 1986.

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