La ONCE, condenada a pagar 15 millones por la muerte de dos jóvenes en un concierto de 'rock'

El titular del Juzgado de Distrito número 1 de Tarragona, José Antonio Mora Alarcón, ha condenado al delegado de la ONCE en la provincia, Javier Lacámara, a pagar 15 millones de pesetas en concepto de indemnización a las familias de los jóvenes Antonio Villar Egea y Francisco Escaño Tolos, que fallecieron al ser arrollados por un tren en el transcurso de un concierto de rock de Luz Casal, organizado el pasado año por la ONCE. Esta entidad deberá indemnizar con otros dos millones a 11 personas más que resultaron heridas de diferente gravedad.Los hechos se remontan al 2 de octubre del pasado año...

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El titular del Juzgado de Distrito número 1 de Tarragona, José Antonio Mora Alarcón, ha condenado al delegado de la ONCE en la provincia, Javier Lacámara, a pagar 15 millones de pesetas en concepto de indemnización a las familias de los jóvenes Antonio Villar Egea y Francisco Escaño Tolos, que fallecieron al ser arrollados por un tren en el transcurso de un concierto de rock de Luz Casal, organizado el pasado año por la ONCE. Esta entidad deberá indemnizar con otros dos millones a 11 personas más que resultaron heridas de diferente gravedad.Los hechos se remontan al 2 de octubre del pasado año, cuando la ONCE celebraba en la playa de la Rabassada de Tarragona una semana de espectáculos gratuitos. El fuerte temporal indujo a los organizadores a trasladar el escenario a una carretera que discurre paralela entre la línea de mar y un terraplén donde está situada la vía del tren. Los jóvenes que asistieron al concierto ocuparon el terraplén con el fin de contemplar mejor la actuación. Un tren, al que no oyeron llegar por el elevado volumen de la megafonía, les arrolló.

La sentencia, que coincide prácticamente con la tesis de la acusación particular, sostiene que la ONCE no "calculó el peligro que comportaba la situación, ni la cautela con la que se debe actuar en un concierto de rock, donde la gente animada normalmente por el consumo de alcohol y la fuerte música se ve arrastrada por una euforia general, que puede provocar una situación de peligro".

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