Cartas al director

Líderes silenciosos

He leído con detenimiento el reciente artículo del catedrático Solé Tura -a quien mucho hemos admirado en su día como diputado y portavoz comunista- que, con el título Del desierto del centro al desierto de la derecha, apareció en EL PAÍS del domingo 15 de noviembre. Quizá porque a primera vista le noté más rotundidad que a su artículo de un par de domingos atrás: La crisis del PSOE.

Con casi igual detenimiento me repetí a mí mismo en el mes de octubre la pregunta que Solé Tura se hacía desde las páginas de este diario: "¿A qué concepto de nación se refiere esta nueva fies...

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He leído con detenimiento el reciente artículo del catedrático Solé Tura -a quien mucho hemos admirado en su día como diputado y portavoz comunista- que, con el título Del desierto del centro al desierto de la derecha, apareció en EL PAÍS del domingo 15 de noviembre. Quizá porque a primera vista le noté más rotundidad que a su artículo de un par de domingos atrás: La crisis del PSOE.

Con casi igual detenimiento me repetí a mí mismo en el mes de octubre la pregunta que Solé Tura se hacía desde las páginas de este diario: "¿A qué concepto de nación se refiere esta nueva fiesta nacional del 12 de octubre?", cuando "Ios símbolos han sido esta vez los mismos o casi los mismos de antes" (véase Una oportunidad perdida, domingo 18 de octubre de 1987).

Rebobinando un poco más en el tiempo, EL PAÍS del domingo 30 de agosto de 1987 recogía la siguiente manifestación de Solé Tura: "El Estado de las autonomías o se federaliza o no será nunca ni carne ni pescado", que, además de que sirvió para que algunos nos acordáramos de la carne y del pescado, resultaba ser el adelanto de toda una formal proposición federalista cuyo conjunto de técnicas debía de ser, según él, la vía por la cual avance el Estado de las autonomías. Además, junto a estas declaraciones y al final de un recuadro, incluían su nombre junto al de Obiols, Maragall, Reventós, Nadal y Siurana como elenco del mejor cartel que el PSC puede presentar a las elecciones autonómicas de 1988.

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Teniendo en cuenta el "tremendo tirón" que tiene este periódico los fines de semana, es fácil adivinar que EL PAÍS seguirá calentando la previsión de un acontecimiento tan importante como esas elecciones políticas para Cataluña con nuevos artículos dominicales de Solé Tura, y por esto me atrevo a hacerle a este articulista unas mínimas apreciaciones: no me parece serio resolver como él resolvía hace escasos días el problema de "la cultura dominante", ni fajarse como él simulaba fajarse con el problema de los valores en crisis de la sociedad actual. (Artículos de Pep Subirós, Vázquez Montalbán, José Aumente, Antonio Romero Márquez, Ignacio Sotelo, Pedro Laín Entralgo, Eduardo Punset, Rafael Arias-Salgado, etcétera, aparecidos en EL PAÍS y que yo le puedo facilitar, podrían aclararle estos puntos mucho mejor que yo.) Y respecto a su increíble apreciación final de que "lo que sí es específico de nuestro país es que más allá de los actuales gobernantes sólo hay líderes silenciosos..., líderes nacionalistas incapaces de ir más allá de sus ámbitos..., o aprendices de líder conservador...", lo mejor, en mi opinión, sería remedarla inmediatamente con la misma inoportunidad o falta de sazón, para recordarle de seguido que a algunos nos apabulla todo lo que usted silencia.-

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