Paz y tranquilidad

La vieja capital de la ex colonia española es actualmente como una ciudad más de Marruecos, sin más policías que los habituales en cualquier otra localidad del país, y donde aparentemente se respira paz y tranquilidad. No hay controles policiales y los únicos vuelos regulares al extranjero, los tres sernanales que unen El Aaiún con Las Palmas, se desarrollan normalmente en contra de lo que afirmó el Polisario desde Argel.Hoy en El Aaiún viven saharauis autóctonos y marroquíes procedentes de todo el país, pero en convivencia y concordia. En la vida económica y comercial siguen mandando los saha...

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La vieja capital de la ex colonia española es actualmente como una ciudad más de Marruecos, sin más policías que los habituales en cualquier otra localidad del país, y donde aparentemente se respira paz y tranquilidad. No hay controles policiales y los únicos vuelos regulares al extranjero, los tres sernanales que unen El Aaiún con Las Palmas, se desarrollan normalmente en contra de lo que afirmó el Polisario desde Argel.Hoy en El Aaiún viven saharauis autóctonos y marroquíes procedentes de todo el país, pero en convivencia y concordia. En la vida económica y comercial siguen mandando los saharauis, organizados en forma tribal. La presencia del Ejército es sumamente discreta, especialmente porque El Aaiún es sólo una base de seguimiento y un lugar de paz para los soldados, ya que el contingente militar está a lo largo de la frontera con Mauritania y Argelia, a muchos kilómetros de distancia.

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La ciudad, que no se parece en nada a la que dejó España en 1975, cuenta hoy con uno de los principales hospitales de Marruecos y va a disponer próximamente de un importante puerto mineral, terminal de carga de los fosfatos de Bu Craa.

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