Chirac impulsa cambios legales sobre la financiacion de los partidos

"El primer ministro francés, el conservador Jacques Chirac, ha convocador para la próxima semana una reunión con todos los dirigentes de los partidos parlamentarios para concertar una legislación urgente sobre á financiación de las campañas electorales y de los partidos políticos.

Chirac recoge así el guante lanzado por el presidente de la República, el socialista François Mitterrand, que se mostró dispuesto a la aprobación en sesión extraordinaria del Parlamento de una ley destinada a resolver en los pocos meses que quedan hasta las elecciones presidenciales lo que nadie ha resuelto en...

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"El primer ministro francés, el conservador Jacques Chirac, ha convocador para la próxima semana una reunión con todos los dirigentes de los partidos parlamentarios para concertar una legislación urgente sobre á financiación de las campañas electorales y de los partidos políticos.

Chirac recoge así el guante lanzado por el presidente de la República, el socialista François Mitterrand, que se mostró dispuesto a la aprobación en sesión extraordinaria del Parlamento de una ley destinada a resolver en los pocos meses que quedan hasta las elecciones presidenciales lo que nadie ha resuelto en cien años de regímenes republicanos. Según algunas estimaciones, el 90% de los fondos de los partidos pertenece en la práctica a la economía sumergida y no es objeto de ninguna auditoría ni control.Aunque numerosas voces de la derecha han clamado escandalizadas contra la idea de Mitterrand, que consideran un subterfugio destinado a desviar la atención del caso Luchaire, Chirac ha reconocido con su gesto la verdad profunda que encierra el gesto del presidente. Detrás de muchos escándalos políticos se halla el problema de la financiación de las campañas, cada vez más caras, y de los partidos, alimentados cada vez menos por las cotizaciones de sus militantes.

La reacción rápida del primer ministro se debe a sus deseos de neutralizar los efectos del envite del presidente, que consiguió de volver la pelota al Gobierno tras ser objeto de insinuaciones y ataques en relación a la venta ilegal de obuses de la empresa Luchaire a Irán, con Gobiernos socialistas. La insinuación de que el Partido Socialista podría haber recibido tres millones de francos (unos 60 millones de pesetas) en concepto de comisión por las ventas ha sido el detonante de la explosión del escándalo como un asunto de Estado.

Jacques Chirac ha recogido este guante sin arriar la bandera de la guerra que le opone a su pareja en la cohabitación. El diario conservador Le Figaro publicó ayer unas amplias declaraciones suyas, bajo el título La respuesta de Chirac a Mitterrand, que terminan con estas envenenadas frases: "Encuentro también sorprendente que un cierto número de asuntos que parecen implicar a miembros de la oposición por hechos que sucedieron bajo Gobiernos dirigidos por ellos transfieran ahora sobre otros sus propias responsabilidades, a la vez que se interrogan en particular sobre la financiación de los partidos para su campaña. Hay ahí una técnica de manipulación que me parece condenable".

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