El sínodo no hará público ningún documento oficial

Lleva escrito, en latín, como todo el documento, la palabra riservatus (reservado). Se trata de las proposiciones que fueron votadas ayer por los padres sinodales y que serán entregadas al papa Wojtyla para que haga de ellas el uso que mejor crea. No habrá un documento final público del sinodo, al parecer, debido a la dificultad que han tenido los obispos y expertos en ponerse de acuerdo sobre alga temas delicados, como el sacerdocio de la mujer y los movimientos dentro de la Iglesia.

Mientras los cinco responsables escogidos para informar a los periodistas sobre lo que pasaba a puerta ...

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Lleva escrito, en latín, como todo el documento, la palabra riservatus (reservado). Se trata de las proposiciones que fueron votadas ayer por los padres sinodales y que serán entregadas al papa Wojtyla para que haga de ellas el uso que mejor crea. No habrá un documento final público del sinodo, al parecer, debido a la dificultad que han tenido los obispos y expertos en ponerse de acuerdo sobre alga temas delicados, como el sacerdocio de la mujer y los movimientos dentro de la Iglesia.

Mientras los cinco responsables escogidos para informar a los periodistas sobre lo que pasaba a puerta cerrada se quejaban de que ni siquiera ellos conocían el texto secreto de las proposiciones tratadas, en la misma sala de Prensa vaticana se estaba ya vendiendo el texto oficial de dichas proposiciones (28 páginas y 67 párrafos) al módico precio de 300 pesetas.Dicho texto, probablemente, será aún enmendado según las sugerencias de algunos obispos y cardenales, pero refleja ya cuáles han sido las líneas generales de la discusión y los temas más debatidos. Se advierte en dicho documento latino que el texto ha sido el resultado de una profunda mediación de las diversas disputas, a veces muy acaloradas, del aula sinodal.

En cuanto al tema de los movimientos en la Iglesia como Opus Dei, Comunión y Liberación, Pentecostales, Catecumenales, etcétera, las proposiciones presentadas al Papa insisten en que deben tener su espacio pero que no pueden nacer ni implantarse en una diócesis "sin la aprobación y el diálogo previo con el obispo local".

Se insiste mucho en que los seglares deben entrar en la política, considerada como un servicio a la Iglesia y a los hombres. Para un seglar cristiano, afirma el texto, "el campo político es un lugar privilegiado para dar testimonio en el mundo, donde se toman las grandes decisiones que tienen gran influjo sobre el futuro del hombre".

Por lo que se refiere, sin embargo, a la tan debatida posibilidad de acceso de la mujer al misterioso mundo sagrado del sacerdocio, la cuestión ha quedado prácticamente arrinconada.

Curiosamente, en las proposiciones finales ha quedado (en la número 55) la petición de la seglar australiana Mavis Pirola de que la "intimidad sexual" sea parte de la espiritualidad matrimonial.

Esta seglar australiana había, en efecto, causado impresión por haber sido la única que se había permitido dar una verdadera lección de sexo a obispos y cardenales abordando el tema de la "genitalidad".

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