Cartas al director

'Final del trayecto'

Leído el artículo que el señor Castellano publica en EL PAÍS del 28 de septiembre de 1987, titulado Final del trayecto, me parece entrever que quiere comparar al señor Suárez y al señor Felipe González en su actuación política y yo estimo que las diferencias son enormes.No hay que quitarle al señor Suárez el mérito de haber sido el único franquista inteligente conocido, pues se dio cuenta de que el franquismo sin Franco era como un bocadillo de fideos.

Pero durante su etapa de mandato presidencial estuvimos todos los demócratas en un temor constante al golpe de Estado, cuy...

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Leído el artículo que el señor Castellano publica en EL PAÍS del 28 de septiembre de 1987, titulado Final del trayecto, me parece entrever que quiere comparar al señor Suárez y al señor Felipe González en su actuación política y yo estimo que las diferencias son enormes.No hay que quitarle al señor Suárez el mérito de haber sido el único franquista inteligente conocido, pues se dio cuenta de que el franquismo sin Franco era como un bocadillo de fideos.

Pero durante su etapa de mandato presidencial estuvimos todos los demócratas en un temor constante al golpe de Estado, cuyo golpe ocurrió al final, el 23 de febrero de 1981, y con el señor González los militares han estado más callados y el peligro de golpe se ha cuasi esfumado. La gente hoy pasa de militares.

El señor Suárez nos llegó a poner la tasa de inflación en 1977 en el 26,4%, y hoy la tenemos en el 5%. Aunque no cabe la menor duda de que los asuntos económicos han cambiado, pero porque los socialistas han efectuado la reconversión industrial que el señor Suárez no se atrevió a realizar, y han actuado con más eficacia.

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Durante el mandato del señor Suárez, aún le pegaba a uno la policía por llevar el diario EL PAÍS, y hoy la libertad es total.

El señor Felipe González nos lleva por sendas de un crecimiento económico lento, pero seguro.

El cambio se efectúa al ritmo que se puede y se debe, pues de otro modo ya estaríamos otra vez en las cavernas.

La gente es cambiante como el devenir de la vida, y cambian su voto, pues todos siguen creyendo en el hombre providencial que de repente nos cambie la vida individual de cada uno, pero difícilmente podrá el señor Suárez lograr el bienestar económico que está logrando don Felipe González.

Si el señor Castellano cree aún en revoluciones pendientes, está tan equivocado como los azules, dado que solamente cabe hoy día la redistribución de la renta a través de una imposición fiscal efectiva, y es ahí donde el señor González tiene que dar fuerte.-

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