Confirmada la relación de una empresa de Barcelona con la venta ilegal de armas desde Italia a Irán.

La empresa Boviga, SA, de Barcelona, negoció con la italiana Valsella Mecanoteccnica la compra de minas y otros efectos militares valorados en 27 millones de dólares, según confirma una documentación a la que ha tenido acceso este periódico. Boviga, SA, y Valsella Mecanoteccnica, cuya sede principal está en Brescia, están siendo investigadas por la justicia italiana en relación con el tráfico ilegal de armas a Irán. El juez de Massa Carrara ordenó detener el pasado día 4 a 45 personas implicadas, entre las que figuran los directivos de ambas empresas. Según los nuevos documentos, la firma de B...

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La empresa Boviga, SA, de Barcelona, negoció con la italiana Valsella Mecanoteccnica la compra de minas y otros efectos militares valorados en 27 millones de dólares, según confirma una documentación a la que ha tenido acceso este periódico. Boviga, SA, y Valsella Mecanoteccnica, cuya sede principal está en Brescia, están siendo investigadas por la justicia italiana en relación con el tráfico ilegal de armas a Irán. El juez de Massa Carrara ordenó detener el pasado día 4 a 45 personas implicadas, entre las que figuran los directivos de ambas empresas. Según los nuevos documentos, la firma de Brescia vendía el material a los países de Oriente Próximo en conflicto utilizando una documentación falsificada y tramitada por Boviga, SA.

La copia de la documentación que prueba las negociaciones que han venido manteniendo ambas empresas fue facilitada a EL PAÍS por un intermediario en la compra-venta de armas, con el que se entrevistó este enviado especial en una localidad suiza.Boviga, según se especifica en esa documentación, estaba intere3ada en la compra de 93.000 minas antitanque modelo VS2S, 7.908 minas del modelo VS16, 800.000 minas del tipo antipersonal, 800.000 bengalas luminosas, 150 artilugios para detectar minas y 150 aparatos de control remoto para localizarlas. El valor de este pedido asciende a más de 27 millones de dólares. El Gobierno italiano decretó un bloqueo de ventas de todo tipo de armamentos a Irán el pasado mes de diciembre.

Maurizzio Borletti, hijo del industrial Ferdinando Borletti, accionista mayoritario de Valsella Mecanoteccníca, examinó ayer, a petición de EL PAÍS, la decumentacíón y confirmó la credilibidad del documento, que podría referirse a una operación aún no cerrada. Mostró, sin embargo, su sorpresa por el importe del pedido, ya que el valor de la mercancía negociada equivale al comercio de todo un año de la empresa Valsella.

Maurizzio Borletti y el abogade de su familia, Alberto Dall'Ora han negado, sin embargo, que Valsella tuviera relaciones comerciales con la empresa barcelonesa Boviga. Por su parte Luis Vila, propietario y fundador de la firma catalana supuestamente implicada en el tráfico de armas, sigue negando sistemáticamente cualquier vinculación tanto con Valsella como con ese tráfico.

A pesar de los desmentidos, las acusaciones contra Boviga y el español Luis Vila se acumulan. El juez de Massa Carrara, Augusto Lama, ha decretado la orden de detención contra él. Se acusa a Vila del tráfico ilegal de armas y de haber participado también, junto a los otros implicados, en el contrabando de tabaco a Italia. Según el auto de búsqueda y captura de Vila, éste sería corresponsable de un fraude a la CE que podría ascender a 700 millones de pesetas.

Según información facilitada por el juez Lama, Vila podría haber participado asimismo en una reunión que los implicados celebraron hace cinco meses en Barcelona, en la que se planeó el fraude y urdió la operación triangular para hacer llegar las armas a Irán.

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Medios jurídicos aseguran que Vila se responsabilizó de tramitar la documentación necesaria para sacar las armas de Italia y hacerlas llegar a Siria o a Irán, alegando que iban destinadas a Nigeria.

La empresa Boviga, SA fue fundada el 7 de octubre de 1973 con un capital social de 100.000 pesetas. Su principal promotor fue el empresario barcelonés Luis Vila que años atrás estuvo vinculado a la empresa ESSA (Empresa de Servicios, SA), una firma participada de Banca Catalana. Vila abandonó ESSA por discrepancias con la directiva de Banca Catalana. .

Vila declaró a EL PAÍS que estaba al margen de las operaciones delictivas investigadas en Italia. Aseguró que Boviga había, actuado en una sola operación comercial con Túnez donde exportó coches y que desde 1986 estaba prácticamente inactiva. Vila, dedicado al comercio internacional, se mostró molesto con las informaciones publicadas por la Prensa hasta entonces y aseguró que llevará a los tribunales a quienes le implican en el escándalo.

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