Un espectacular incendio destruye varias plantas de Almacenes Arias en la calle de la Montera

De las plantas desplomadas colgaban gruesas vigas de hierro. Varias, de al menos 70 centímetros de grosor, estaban atravesadas, completamente retorcidas como si fueran de plástico. En la imagen, un grupo de bomberos en el interior de los Almacenes Arias, el 5 de septiembre de 1987.RAUL CANCIO

Un pavoroso incendio originado a las 19.45 de ayer por causas desconocidas, cuya labor de extinción duró hasta la medianoche, devastó parcialmente los veteranos Almacenes Arias, situados en la calle de la Montera, cuyas dos plantas superiores quedaron en un puro esqueleto al derrumbarse la fachada que daba a la plaza del Carmen. Al cierre de esta edición no se tenía noticia del hallazgo de ninguna víctima en su interior, dado que empleados y clientela desalojaron el establecimiento minutos después de que se ongmas;e el fuego. Al menos ocho bomberos resultaron intoxicados por la espesa humareda...

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Un pavoroso incendio originado a las 19.45 de ayer por causas desconocidas, cuya labor de extinción duró hasta la medianoche, devastó parcialmente los veteranos Almacenes Arias, situados en la calle de la Montera, cuyas dos plantas superiores quedaron en un puro esqueleto al derrumbarse la fachada que daba a la plaza del Carmen. Al cierre de esta edición no se tenía noticia del hallazgo de ninguna víctima en su interior, dado que empleados y clientela desalojaron el establecimiento minutos después de que se ongmas;e el fuego. Al menos ocho bomberos resultaron intoxicados por la espesa humareda.

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En marzo de 1981 se produjo un incendio provocado, presumiblemente en atentado, en la sucursal de Almacenes Arias situada en Barcelona, suceso que costó dos vidas. Tiempo atrás el edificio madrileño de Almacenes Arias siniestrado ayer sufrió otro incendio.Luis Larroque, primer teniente de alcalde, se personó en el lugar de los hechos y afirmó que el incendio se originó en la planta tercera que, según le habían referido, estaba destinada a oficinas, al igual que las plantas superiores, cuarta y quinta. [, sin embargo, afirmaba que la planta quinta estaba destinada a zapatería].

Cuando llegaron los bomberos, sólo quedaban dos bomberos en la planta cuarta que recogían unos materiales y que fueron inmediatamente evacuados. En las plantas inferiores, tanto empleados como clientes las habían desalojado ya. Sólo persistía, la duda de si había alguien en la quinta planta, que, al filo de la medianoche, era un puro esqueleto formado por las vigas al que los bomberos aún no habían podido acceder.

La densa columna de humo que se elevaba sobre el cielo madrileño era visible desde O'Donnell. El humo y el medio centenar de agentes que acordonó la calle de Montera y la plaza del Carmen alejó a todos los habituales de esta zona, entre ellos algunas prostitutas que se alejaron con suave contoneo de minifalda mientras se tapaban la boca con un pañuelo y se quejaban de una jornada laboral perdida.

Los edificios anexos al inmueble siniestrado pertenecían también a Almacenes Arias y se hallaban vacíos. Algunos edificios próximos, en los que sí residían personas, fueron desalojados como precaución, aunque las llamas no los alcanzaron.

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La evacuación de clientes y empleados estaba ya completada casi al 100% cuando llegaron los bomberos, a los cinco minutos de ser llamados. El fuego, según los bomberos, se inició de un modo muy pausado lo que facilitó el desalojo de las personas.

Preguntado Larroque insistentemente sobre una posible intencionalidad del suceso, éste manifestó que en ese momento todas las hipótesis eran posibles pero que prefería pensar que se había debido a un hecho fortuito en tanto no demostrase lo contrario la futura investigación.

"Sorpresa" de Larroque

Larroque, por decirlo de un modo suave, mostró su "sorpresa" de que dos horas después de, haberse iniciado tan espectacular incendio no se hallase presente ningún representante de los Almacenes Arias. Alguien le comunicó que un responsable de la empresa había estado en el lugar sobre las ocho de la tarde, pero que luego se fue, noticia que encendió más aún a Larroque.

Isidro Arias, propietario de los almacenes siniestrados junto con sus nueve hermanos, afirmó a Efe que varios de ellos estaban dentro cuando se produjo el incendio y que en un primer momento no parecía que revistiera peligro, hasta el punto que los 60 empleados bajaron al sótano a cambiarse de ropa antes de desalojar el local. Un escape de gas en la plaza del Carmen fue rápidamente atajado, ante el temor de que lo alcanzase una llama.

Sobre las 23 horas se acercó a la calle Montera el alcalde madrileño, Juan Barranco, para conocer las circunstancias y alcance del suceso y se felicitó de que no hubiera habido víctimas.

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