En coma la anciana herida en la explosión de gas

María López Oroz, de 76 años, víctima de la explosión de gas de Villaverde Alto del pasado 6 de agosto, se encuentra en estado de coma en el hospital Primero de Octubre y, según fuentes médicas, "tiene escasas posibilidades de recuperación y su estado es prácticamente irreversible".

Otra de las heridas, Ana Ayuso, de 46, madre de Francisco Campos Ayuso, de 26, minusválido, y que falleció cinco horas después del siniestro, está internada en la planta de cirugía del mismo centro médico. Ayuso evoluciona satisfactoriamente de las heridas sufridas en ambas piernas, en el torax y en la c...

María López Oroz, de 76 años, víctima de la explosión de gas de Villaverde Alto del pasado 6 de agosto, se encuentra en estado de coma en el hospital Primero de Octubre y, según fuentes médicas, "tiene escasas posibilidades de recuperación y su estado es prácticamente irreversible".

Otra de las heridas, Ana Ayuso, de 46, madre de Francisco Campos Ayuso, de 26, minusválido, y que falleció cinco horas después del siniestro, está internada en la planta de cirugía del mismo centro médico. Ayuso evoluciona satisfactoriamente de las heridas sufridas en ambas piernas, en el torax y en la cara, y su otro hijo, Martín, fue dado de alta el pasado viernes.

José Ignacio García Parada, que ocupa temporalmente el Juzgado de Instrucción número 17, ha iniciado las diligencias sobre el caso para determinar 1a responsabilidad criminal de las personas que puedan ser responsables directa o indirectamente de la explosión".

Las declaraciones de los afectados comenzarán a finales de esta semana en el juzgado. Mientras tanto, los peritos analizan las instalaciones y tuberías de gas, agua, luz y teléfono de las viviendas afectadas por el siniestro para aclarar la relación entre el escape de agua detectado por los vecinos "desde hacía dos o tres días" y la fuerte explosión de gas del 6 de agosto, que ya ha ocasionado cuatro víctimas mortales.

Fuentes urbanísticas han afirmado que el edificio donde se produjo el siniestro, y que fue cedido a antiguos chabolistas por la Comunidad de Madrid, presenta ahora "grietas anormales que, al parecer, no han sido producidas por la explosión, sino por la mala calidad de la construcción".