España planteará en la visita de los Reyes a Praga petición de gracia para presos políticos

La insistencia de las autoridades húngaras en ofrecer una imagen de cambio y transformación durante la visita de los Reyes a Budapest, donde concluyeron su estancia ayer por la mañana, es, en Praga, adonde llegaron a mediodía, apenas un eco que rebota en un clima de ortodoxia tradicional muy ostensible. Una visita oficial de don Juan Carlos y doña Sofía a Checoslovaquia, que se prolongará hasta mañana por la tarde, ha adquirido perfiles más encorsetados en el protocolo de Estado, si bien, y con ocasión de su estancia, la delegación española planteará a las autoridades checas algún tipo de peti...

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La insistencia de las autoridades húngaras en ofrecer una imagen de cambio y transformación durante la visita de los Reyes a Budapest, donde concluyeron su estancia ayer por la mañana, es, en Praga, adonde llegaron a mediodía, apenas un eco que rebota en un clima de ortodoxia tradicional muy ostensible. Una visita oficial de don Juan Carlos y doña Sofía a Checoslovaquia, que se prolongará hasta mañana por la tarde, ha adquirido perfiles más encorsetados en el protocolo de Estado, si bien, y con ocasión de su estancia, la delegación española planteará a las autoridades checas algún tipo de petición de gracia para presos políticos, disidentes del sistema ligados al movimiento Carta 77.

Don Juan Carlos, en su discurso durante la cena oficial, que le ofreció ayer el presidente de la República, Gustav Húsak, subrayó el valor del respeto a los derechos humanos como elemento esencial de cualquier acción política. Húsak, en vivo contraste con los dirigentes húngaros, no hizo ayer la menor mención a la dinámica de cambio que se alienta desde Moscú y dedicó su discurso oficial, casi íntegramente, a explicar los beneficios de la política de desarme, con atribución expresa de la iniciativa a la Unión Soviética.En medios diplomáticos españoles se utilizó en durante la jornada de ayer una calculada ambigüedad para no admitir explícita y oficialmente que durante la visita de los Reyes se plantearía ante las autoridades checoslovacas una petición de gracia para varios presos políticos. Se sabe con certeza que movimientos de apoyo a los disidentes, desde el exterior, se han dirigido a la embajada española para solicitar este tipo de gestion.

En algún momento se ha admitido, en fuentes diplomáticas españolas que se van a proponer nombres concretos -entre seis y diez- de los cuales tres son sacerdotes católicos y el resto civiles. Las mismas fuentes señalaron que la OTAN estima que unos 20 disidentes políticos checoslovacos se encuentran encarcelados.

No ha sido posible concretar si la petición se ha hecho durante el almuerzo del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez con su colega Bohuslav Chnoupek o durante el encuentro del presidente Húsak con el rey Juan Carlos o, incluso, en ambas ocasiones.

Los Reyes llegaron a Praga en un día de lluvia insistente y en ocasiones intensa que ha deslucido, en parte, las ceremonias al aire libre. Tras el recibimiento oficial en el aeropuerto, don Juan Carlos y doña Sofia llegaron al castillo de Praga, que será su residencia.

Tras almorzar, el Rey depositó una corona de flores en el monumento al soldado desconocido y doña Sofía visitó una exposición de arte checo en el monasterio de Krisky e inauguró una exposición de pintura española, clásica y moderna.

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Don Juan Carlos se entrevistó con el presidente Húsak y más tarde los Reyes recibieron al cuerpo diplomático en el castillo de Praga.

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