Cartas al director

Mozárabes

Muy justificada la crítica de la lectora Carmen de Zulueta (18 de mayo de 1987) al comentario de Eva Castro sobre los mozárabes (13 de abril de 1987), quien a los muladíes (cristianos conversos al islam) erróneamente los llama mozárabes (muzárabes o mostaarb, o sea, españoles conquistados por el musulmán, pero practicantes del cristianismo, en contrapartida de los mudéjares o moriscos, que conservaron su religión muslímica cuando fueron sometidos por los cristianos de la Reconquista).En tales condiciones, es posible que prevalezca en la actualidad un rito muladí, mas no creo que su prác...

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Muy justificada la crítica de la lectora Carmen de Zulueta (18 de mayo de 1987) al comentario de Eva Castro sobre los mozárabes (13 de abril de 1987), quien a los muladíes (cristianos conversos al islam) erróneamente los llama mozárabes (muzárabes o mostaarb, o sea, españoles conquistados por el musulmán, pero practicantes del cristianismo, en contrapartida de los mudéjares o moriscos, que conservaron su religión muslímica cuando fueron sometidos por los cristianos de la Reconquista).En tales condiciones, es posible que prevalezca en la actualidad un rito muladí, mas no creo que su práctica pueda tener lugar en una catedral, y menos la de Toledo, primera en jerarquía de España, según tengo entendido.

El rito mozárabe, como lo en seña Menéndez Pelayo en su Historia de los heterodoxos españoles, es el rito español tradicional, y su abolición se decretó a pesar de la resistencia de clero, milicia y pueblo castellanos, que nada pudo frente a la increíble influencia que durante la Edad Media llegó a ejercer el monasterio de Cluny, pasándose por encima de un duelo de los respectivos campeones delos ritos romano y mozárabe y de la prueba del fuego a que fueron sometidos los misales de uno y otro, de donde salió airoso el último, después de lo cual "el rey", en relato del arzobispo don Rodrigo, "ni se aterró por el milagro, ni se rindió a las súplicas, sino que amenazando con muertes y confiscaciones a los que resistían, mandó observar en todos sus reinos el oficio romano. Y así, llorando y doliéndose todos, nació aquel proverbio: "Allá van leyes do quieren reyes".-

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