La libertad de tipos costará a las cajas de ahorro más de 200.000 millones hasta 1990

Las cajas de ahorro calculan que la libertad de tipos de interés para los depósitos a menos de un año les costará entre 200.000 y 350.000 millones de pesetas durante los próximos cuatro años. Estas estimaciones se basan en que los recursos captados -en torno a 11 billones- se encarecerán entre uno y dos puntos. En cambio, las cajas esperan que la paralela liberalización de las inversiones obligatorias les proporcione un aumento de ingresos de unos 100.000 millones.

Desde el punto de vista de la política económica, las últimas medidas de liberalización del sistema financiero, desarro...

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Las cajas de ahorro calculan que la libertad de tipos de interés para los depósitos a menos de un año les costará entre 200.000 y 350.000 millones de pesetas durante los próximos cuatro años. Estas estimaciones se basan en que los recursos captados -en torno a 11 billones- se encarecerán entre uno y dos puntos. En cambio, las cajas esperan que la paralela liberalización de las inversiones obligatorias les proporcione un aumento de ingresos de unos 100.000 millones.

Desde el punto de vista de la política económica, las últimas medidas de liberalización del sistema financiero, desarrolladas el pasado mes de mayo por varias circulares del Banco de España, suponen un nuevo intento de poner fin al mecanismo por el cual los ahorradores españoles han transferido desde los años del desarrollismo gigantescas masas de recursos a los inversores.Este sistema, que empezó a ser desmontado a finales de 1977, tras los Pactos de la Moncloa, se basaba en en el control administrativo de los tipos de interés pagados a los ahorradores, así como de las cantidades y tipos facilitados a determinadas inversiones.

Las medidas de reforma del sistema financiero acometida por los primeros gobiernos democráticos se centraron en liberalizar los tipos de interés de los depósitos a más de un año y en limitar las cantidades destinadas a inversiones obligatorias de bancos y cajas de ahorro, a través de la reducción de coeficientes. Promotores y estudiosos de este proceso, como José Víctor Sevilla, han escrito que tales intentos se tradujeron con el paso de los años en un factor de saneamiento del sistema por la vía del aumento de los beneficios de bancos y cajas de ahorro, sobre todo porque el oligopolio bancario ha contrarrestado los efectos de la competencia y ha podido mantener de hecho cierto control de los intereses pagados a los ahorradores.

Demoras

Ahora, las últimas medidas, demoradas más de un año porque el sector financiero consideraba que contribuirían a aumentar la inflación por la vía de los tipos de interés en un momento de tensiones en los precios, han extendido la libertad de tipos a los depósitos a menos de un año y han perfilado un calendario de reducción de las inversiones obligatorias hasta 1990. Sus efectos no podrán ser medidos con precisión, porque la hora de aplicarse ha coincidido con las fuertes subidas del precio del dinero en los mercados monetarios que se derivan del intento de recuperar el control de la cantidad de dinero para poder contribuir a la lucha contra la inflación.Las cajas de ahorro, las entidades de crédito más afectadas por este nuevo paso, han estimado que la liberalización de intereses puede encarecer desde ahora mismo hasta el 52% de sus depósitos de la clientela, lo cual se reflejará en que los intereses totales por la captación de recursos (una masa total superior a 11 billones de pesetas), aumentarán en un promedio global situado entre uno y dos puntos. Por su parte, la liberalización de las inversiones obligatorias ha reducido las sometidas a control desde el 26,5% del total computable hasta un 23,8%, porcentaje que debe estrecharse paulatinamente, hasta quedar en un 12% en diciembre de 1990.

En consecuencia, según un estudio de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), la liberalización encarecerá un porcentaje de recursos que supone más del doble del que, al quedar libre, podrá ser rentabilizado con tipos de interés superior.

Las estimaciones de la CECA apuntan que, si el coste de los depósitos se encarece dos puntos, los gastos de las cajas aumentarán casi en 350.000 millones hasta 1990.

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