Salim Hoss, mediador nato

En un intento de mantener el viejo sistema político libanés, el presidente, Amín Gemayel, ha nombrado a un musulmán suní, Salim Hoss, hasta ahora ministro de Educación, para sustituir provisionalmente a Karame. Hasta que no termine la semana de duelo nacional que ha decretado, Gemayel no emprenderá consultas para formar un Gabinete que sustituya al que presidía el asesinado Karame.Hoss es un mediador nato, uno de los pocos políticos libaneses que es bien recibido en todos los cantones confesionales. Como Karame, cree que la solución al drama libanés no puede venir por la hegemonía de una sola ...

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En un intento de mantener el viejo sistema político libanés, el presidente, Amín Gemayel, ha nombrado a un musulmán suní, Salim Hoss, hasta ahora ministro de Educación, para sustituir provisionalmente a Karame. Hasta que no termine la semana de duelo nacional que ha decretado, Gemayel no emprenderá consultas para formar un Gabinete que sustituya al que presidía el asesinado Karame.Hoss es un mediador nato, uno de los pocos políticos libaneses que es bien recibido en todos los cantones confesionales. Como Karame, cree que la solución al drama libanés no puede venir por la hegemonía de una sola de las comunidades del país. Fue uno de los pocos políticos del campo musulmán que no pidió la dimisión de Gemayel cuando, a principios de 1986, el presidente se negó a apoyar el acuerdo tripartito de Damasco. Eso le dejó las puertas abiertas para el diálogo con el bando cristiano.

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Hoss es un suní moderado. Recibió formación económica en Estados Unidos y en cualquier otro país daría mucho juego. Ya fue jefe del Gobierno durante tres años y medio, entre 1976 y 1980, bajo el mandato presidencial de Elías Sarkis. Formó dos Gobiernos, uno de tecnócratas y otro de políticos.

Uno de los objetivos políticos de Karame era efectuar una nueva distribución de cargos entre las confesiones libanesas, medida sin la cual nunca concluirá la guerra civil. Pero los cristianos se niegan a renunciar a sus privilegios, temerosos de verse ahogados por la mayoría musulmana.

Cuando, en los años cuarenta, Líbano consiguió independizarse completamente de Francia, sus distintas comunidades religiosas pactaron un reparto de los cargos políticos. La presidencia de la República y la jefatura de las fuerzas armadas quedó encomendada a los cristianos. Los musulmanes suníes, la rama ortodoxa del islam, mayoritaria en el mundo árabe, recibieron la jefatura del Gobierno. Los suníes, la presidencia del Parlamento.

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