Ardanza resalta los perjuicios de la violencia

El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, apuntó el peligro de que la sociedad vasca adopte mimética e inconscientemente las prácticas propias de los grupos violentos. Ardanza dijo que la agresividad, la crispación e incluso, la violencia parecen haberse apoderado de los comportamientos sociales y subrayó que esa asuncíón cuasi tácita del comportamiento de los grupos violentos constituye probablemente el mayor perjuicio que esos mismos grupos infringen a la sociedad vasca.El lehendakari efectuó estas manifestaciones en el discurso con que presentó ayer en Ofiate (Guipúzcoa...

El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, apuntó el peligro de que la sociedad vasca adopte mimética e inconscientemente las prácticas propias de los grupos violentos. Ardanza dijo que la agresividad, la crispación e incluso, la violencia parecen haberse apoderado de los comportamientos sociales y subrayó que esa asuncíón cuasi tácita del comportamiento de los grupos violentos constituye probablemente el mayor perjuicio que esos mismos grupos infringen a la sociedad vasca.El lehendakari efectuó estas manifestaciones en el discurso con que presentó ayer en Ofiate (Guipúzcoa) el próximo congreso mundial vasco que se celebrará entre los meses de agosto y diciembre de este año.

En su intervención, Ardanza presentó crudamente un panorama económico social inquietante y llamó a la sociedad vasca a reaccionar. "Cuando la situación de crisis se generaliza y hunde sus raíces en el entramado más profundo de las relaciones sociales", indicó, "es la sociedad entera y no sólo las instancias gubernamentales la Hamada a movilizarse".

El lehendakari reconoció que la economía vasca no sale con la rapidez deseada de su prolongado estancamiento, que la industria tradicional no acaba de dar con. las soluciones idóneas, que los índices de desempleo son alármantemente altos y que el consumo de drogas ha adquirído proporciones preocupantes. "Lo malo", subrayó, "es que estos factores alarmantes de nuestra sociedad pueden ir apagando paulatinamente la innegable llama de esperanza que se había prendido en este pueblo".

"No es ciertamente un panorama alentador", señaló José Antonio Árdanza, "pero tampoco creo que se aleje en exceso de la realidad con que todos convivimos". Y añadió el lehendakari: ,sería triste y hasta trágico que a la minoria que rechaza el estatuto y las instituciones vascas como esperpentos vacíos de contenido político comenzara ahora a sumarse, por el otro lado, el grupo de quienes los ponen en duda como ineficaces para resolver los problemas de este pueblo".