Cartas al director

La huelga de Iberia

Después de dos semanas de estancia en España por razones profesionales debía regresar a Estados Unidos el pasado 27 de marzo, fecha para la que tenía el correspondiente billete. La huelga de Iberia obligó a cancelar mi vuelo, y, como consecuencia de ello, se me informó que no había plazas disponibles a Nueva York hasta el 7 de abril; es decir, que tenía que permanecer en España 11 días más de lo previsto. Negándome a aceptar lo absurdo de la situación, intenté en vano diversas soluciones, pero sin resultado. Ni los ímprobos esfiterzos de una agencia de viajes salmantina, ni la visita a las ofi...

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Después de dos semanas de estancia en España por razones profesionales debía regresar a Estados Unidos el pasado 27 de marzo, fecha para la que tenía el correspondiente billete. La huelga de Iberia obligó a cancelar mi vuelo, y, como consecuencia de ello, se me informó que no había plazas disponibles a Nueva York hasta el 7 de abril; es decir, que tenía que permanecer en España 11 días más de lo previsto. Negándome a aceptar lo absurdo de la situación, intenté en vano diversas soluciones, pero sin resultado. Ni los ímprobos esfiterzos de una agencia de viajes salmantina, ni la visita a las oficinas de Iberia de Valladolid (donde, por cierto, el gerente y el jefe de ventas trataron por totios los medios de solucionar mi problema) sirvieron para nada. Intenté, desesperado, reservar vuelos en otras líneas, vía Lisboa, Londres, etcétera, pero no había una sola plaza antes del 2 de abril. Y para volar ese día he tenido que comprar un billete en otra compañía, y perder, lógicamente, el que tenía de Iberia. Resumen: la huelga de Iberia a mí me ha supuesto la pérdida de un billete de regreso, la compra de otro (unas 100.000 pesetas), la estancia -con sus gastos correspondientes- de una semana en España, la pérdida de las conexiones de vuelo entre Nueva York y mi destinó, la pérdida de una semana de trabajo y un montón de problemas y dolores de cabeza. Lo paradójico del caso es que, por mi condición de supervisor de los programas extranjeros de mi universidad, he estado mandando en los últimos años a más de 1.000 estudiantes a España por Iberia.No cuestiono, la legitimidad de la huelga ni las reivindicaciones de los trabajadores de la compañía, pero sí voy a asegurarme de que en el futuro nirnis estudiantes ni sus profesores utilicen nunca rnás los servicios de Iberia, y me preocuparé de que los 10.000 profesores de español en Estados Unidos, cuyas direcciones tengo en mi archivo, vayan conociendo lo que puede pasarles si deciden alguna vez volar a España con Iberia-.

Director del departamento de Lenguas Modernas de la universidad de Northern.

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