Dos niños muertos en el incendio de una chabola en el Rancho del Cordobés

Yolanda Molina Martín, de 10 años, y su hermano José, de ocho años, fallecieron ayer a consecuencia de las quemaduras sufridas al incendiarse una de las chabolas del Rancho del Cordobés, en el distrito madrileño de Villaverde. Sufrieron quemaduras también dos hermanos, la madre y un primo de los niños. La vivienda ocupada por los Molina quedó completamente arrasada. El Rancho del Cordobés, situado junto a la carretera de Andalucía, lo componen 150 chabolas de uralita y madera habitadas por familias gitanas y quinquis.

El incendio, cuyas causas se desconocen, se originó alrededor de ...

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Yolanda Molina Martín, de 10 años, y su hermano José, de ocho años, fallecieron ayer a consecuencia de las quemaduras sufridas al incendiarse una de las chabolas del Rancho del Cordobés, en el distrito madrileño de Villaverde. Sufrieron quemaduras también dos hermanos, la madre y un primo de los niños. La vivienda ocupada por los Molina quedó completamente arrasada. El Rancho del Cordobés, situado junto a la carretera de Andalucía, lo componen 150 chabolas de uralita y madera habitadas por familias gitanas y quinquis.

El incendio, cuyas causas se desconocen, se originó alrededor de las once de la mañana, cuando la familia al completo, integrada por los padres, cuatro niños y un primo de éstos, se encontraba durmiendo. El fuego, según testigos, se extendió rápidamente por la chabola construida con uralita, cartón y madera. Algunas personas trataron de rescatar a los pequeños, que se encontraban en la cama y pedían auxilio a gritos, pero fue imposible.

Los dos pequeños, que se habían escondido debajo de la cama asustados por el fuego, fueron rescatados por los bomberos y trasladados inmediatamente al hospital Primero de Octubre, donde fallecieron poco después de ingresar. La madre y dos de sus hijos quedaron ingresados en el mismo centro sanitario con diversas quemaduras, aunque su estado no revestía gravedad.

José Molina, de 30 años, el padre de los niños, regresó al lugar del suceso después de ser atendido de quemaduras leves. Molina, que se dedica a la venta ambulante, comentaba desesperado que había intentado sacar a los niños protegido por una manta. "No voy a olvidar nunca sus gritos", dijo. Molina, un hombre envejecido para su edad, apenas podía articular palabra. La vivienda en la que hasta ayer vivían los Molina quedó calcinada.

Algunos testigos del suceso aseguraron que en los primeros momentos se escucharon explosiones, provocadas, según los bomberos, por el estallido de aerosoles. Sin embargo, algunos vecinos explicaron que el incendio. pudo ser provocado: "Aquí impera la ley del más fuerte", aseguró un hombre, "y hay que atenerse a las normas" El denunciante no quiso explicar nada más y nadie quiso hablar sobre el tema.

Vecinos y familiares de los niños muertos protagonizaron escenas de dolor frente a la chabola destruida y acusaban al Ayuntamiento de ser el responsable de la tragedia. "Vivimos como perros", aseguró una mujer entre gritos, "y luego dicen que nos van a integrar en la sociedad de los payos".

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El Rancho del Cordobés lo componen 150 sanquis -casas prefabricadas de chapa pintada de amarillo- y chabolas. Más que un rancho parece un campamento de refugiados, Las calles son de tierra, y cuando llueve, la zona se convierte en un barrizal en el que juegan los niños y corren las ratas. La basura se amontona junto a las casas y la ropa se tiende en las calles. La pobreza de las viviendas contrasta con la calidad de algunos automóviles aparcados junto a las chabolas.

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